07 mayo 2004
El crío renacentista
Clases en el colegio alemán.
Clases de francés
Alero del equipo de baloncesto.
Clases de refuerzo de matemáticas.
Clases de piano.
El niño no para. Y no por voluntad propia. En realidad es aún demasiado joven para plantearse si le da la gana hacer este alarde de actividad multidisciplinar.
Imposición paterna de unos papás bien situados económicamente, ambos buenos profesionales en sus trabajos.
Mucho dinero y poco tiempo y ganas de cargar con el crio. Metamoslo a cursos. Es una inversión en su futuro.
Asiento alucinado a la lista de actividades extraescolares. ¿Queda franja horaria para ser niño? Supongo que dejan veinte minutos antes de acostarse.
Pienso en el niño de mayor y me lo imagino como un auténtico hombre renacentista, ingeniero, poeta, políglota y melómano amante de la Boheme.
Luego meneo la cabeza , y cambio de idea. Yo mismo durante mi infancia fui pasando por sucesivas clases de judo, taekwondo.... y diversas actividades infantiles (y supuestamente letales) que en los ochenta hacían furor en los gimnasios. He lucido cinturones de todos los colorines.
Y actualmente no soy ninguna máquina de matar. Creo.
Ni siquiera me acuerdo de contar hasta diez en japonés.
Y mira que me lo hicieron repetir veces...
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