29 septiembre 2010

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Eras un fallo tan hermoso y tan inevitable que no pude menos que ponerme de rodillas y mirar como el más tierno de mis instintos suicidas daba cuenta del resto de lo poco que quedaba. Del olor de tu risa. Del sonido de tus rodillas cuando se plegaban. De todas y cada una de nuestras mejores tardes perdidas.

19 septiembre 2010

Pause/Still

Estoy un poco hastiado de verme encasillado en ese microgénero de reflexión vaga y autocompasiva que últimamente tiñe todo lo que escribo. Si no fuera yo quien los escribe me aburriría soberanamente. Nada me gustaría más que sacudirme esta manta pesada y polvorienta, pero entiendo que es algo que tiene que llegar con el tiempo, y no puedo elegir el momento pero sí la manera en cómo afecta a las cosas que hago.
Así que he decidido escribir sólo cosas que sumen y evitar compartir el resultado de mis restas, al menos hasta que llegue el momento en que me salgan las cuentas. Y si nada suma por un tiempo, pues me espero. Supongo que si leyera esto no estaría entendiendo nada y ¿veis? me refiero exactamente a eso.
Hace años me habría tomado las cosas a la tremenda y habría escrito una despedida melodramática pero me sé de sobra, conozco mis ritmos y mis manías y sé que tarde o temprano terminaré lagrimando letras, y formando con ellas alguna de mis incoherencias por aquí.

14 septiembre 2010

Semántica de riesgo

Una vez me salió una palabra nueva escribiéndola por error: difulminado.
Me gustó en cuanto la vi adornada con el rojo punteado del corrector ortográfico. Durante un tiempo estuve buscandole una definición que la mereciera: una sobre sucesos leves que aparentemente no tienen ningún efecto sobre algo o alguien, pero que con el tiempo lo terminan desdibujando y haciendo sus contornos borrosos.
Al poco desistí por no encontrar un ejemplo al que aplicarlo. Pensé que si nada responde a la palabra inventada tal vez fuera que sobra en el diccionario.

Ahora  ya no estoy tan seguro de eso, y el ejemplo antes buscado me pilla tan cerca que prefiero no pensarlo demasiado, y ocupar mi tiempo inventando otros términos más afortunados. Quiero hacer una gran lista de palabras nuevas que suenen necesariamente positivas.
Si la historia tiene que repetirse esta vez quiero estar preparando y que el partido se celebre jugando en mi campo.

04 septiembre 2010

Oh well, ok

Mi pellejo, viejo y sabio, me dice que no hay nada de malo en los síes ni en los noes. Que son palabras que siempre se salvan de la quema, tal vez por estar tan llenas de consecuencia y significado. Que no hay ningún problema tampoco en un "vale bien",  nada extraño en las tibiedades, ni en dar la razón ni en defender todo lo contrario.
Lo único que me pide mi pellejo es que esté alerta si más tarde escucho miles grillos en mi cabeza, cantándome mal,  diciendo que tenga cuidado porque me estoy equivocando.  Porque será mi pellejo al fin y al cabo el que tendrá que lidiar esquivando las consecuencias de lo dicho, y tambien de lo callado.

02 septiembre 2010

Nicho

Si busco mostaza en el supermercado puedo encontrarme cinco o seis tipos en los estantes. Sin embargo, tras media vida de metódica vigilancia a una distancia prudencial, sólo he conseguido discernir tres categorías en lo que concierne a religiones:

  • Las que te prometen conseguir lo que deseas en el otro mundo tras una existencia abnegada.
  • Las que te prometen conseguir lo que deseas en vida, cobrándose un tributo inmediato en ofrendas y sacrificios, ya sea propios o ajenos.
  • Las que te enseñan a no desear nada, como medio para evitarte el sufrimiento de andar intentando conseguirlo.

Me llama la atención que no exista ningún credo que nos ayude a decidir qué es lo que realmente queremos. Y que no hable de conseguirlo, que ya somos mayorcitos y sabemos cómo va la cosa. Y que se deje de milongas, promesas y recompensas, ya sean angelitos, nubes pisables, ríos de vino o harenes de vírgenes ligeras de ropa.
Me parece un nicho por aprovechar. Sirva esto como propuesta, a ver si alguien se anima y lo monta. Yo hoy por hoy me haría creyente, practicante, y si tengo el día tonto tal vez hasta sacerdote.