30 noviembre 2009

Rectángulos de sol

A la gente que siempre estamos como el tiempo nos está vedada la residencia prolongada en países lluviosos, nos moriríamos del asco. O lo que es peor, terminaríamos acostumbrándonos.

No me gusta llevar paraguas por la misma razón por la que alguien con una leve cojera evita usar una muletas, renuncio a la comodidad del accesorio a cambio de ahorrarme el tenerlo de constante recordatorio. Y no es que no disfrute de la lluvia. Es sólo que si pasan muchos días sin un claro, una urgencia mal domesticada se me mete en los zapatos, necesito salir a la calle y buscar en el suelo rectángulos de sol para poder pisarlos.

26 noviembre 2009

Muerto el soporte

Muerto el soporte, el formato ganará a la memoria por goleada en precisión de detalles y calidad de color. Y es probable que también gane a la realidad.
Creo que los de mi quinta recordamos en marrón y naranja y con planos entrecortados e inconexos porque así eran los álbumes y las películas familiares de cuando eramos críos; fotos de tonos terrosos con cantos redondeados, tiempo de cinexines y de superochos.
Los críos que crien los críos de ahora capturarán y compartirán en la red recuerdos en alta definición, con sonido cuadrafónico y envolvente. Será más fácil constatar que antes era todo más sencillo, que el tiempo no estaba tan loco, que las cosas eran más baratas y que las horas eran más largas. Será mayor el contraste y también la decepción.
Estamos acunando una futura y preparadísima generación de nostálgicos compulsivos e insatisfechos. Más o menos como la de ahora, pero con más y mejores pruebas documentales. Y con más nivel adquisitivo, eso seguro.

16 noviembre 2009

Pista

Te juro que lo intenté. Estudiar lo que aprobaba con facilidad, y no lo que me gustaba. Corresponder a quien me quería bien y no a quien me hacía encanecer.
Pero las cosas no siempre funcionan así, al menos no para todos, y seguro que no para mí. Es la suerte de los que podemos acelerar pero no sabemos cambiar de carril.

14 noviembre 2009

Retórica nocturna número un millón

¿Y si las cosas no saben o huelen como debieran?¿ Y si alguien te decepciona hasta el punto en el que piensas que no es culpa suya, si no de tí mismo y de de tus expectativas torcidas?¿Qué haces, entonces?¿A quien protestas?¿Hay árboles suficientes para tantas hojas de reclamaciones desahuciadas?

04 noviembre 2009

π

Muchos matemáticos adoran los problemas irresolubles, o quedan hipnotizados por lo caótico e infinitamente impredecible de la secuencia de los decimales de algunos números.
A mí me pasa algo parecido, pero con las personas.
Creo que eso es lo más cerca que voy a estar nunca de ser un matemático.