19 agosto 2011

Fotolog

Esto siempre fue un fotolog. Ahora que el término cae en desuso asesinado por las redes sociales vengo yo y lo reivindico.
Aquí siempre he tomado instantáneas de lo que me pasaba. Otra cosa es que tuviera una cámara cerca. O que me apeteciera usarla:  mi falta de fotogenia y mi querencia por la letra escrita pueden ser fuerzas muy poderosas. Pero siempre fueron instantáneas crudas e improvisadas, muy poco amigas del postproceso.
Hubo un tiempo en que fueron casi diarias y eran testigo directo de esa trayectoria de vuelo de mosca que viene siendo mi existencia. Con los años se han ido haciendo menos frecuentes.
Escribo todo esto para justificarme; no es que en las semanas que pasan entre una y otra entrada no me pase nada. Es que tal vez la foto no está lo suficientemente enfocada. O que después del revelado miro la foto y pienso que lo que sale en ella tal vez no merezca ser mostrado.
Lo cual, siendo estrictos, denotaría falta de pericia técnica, poca imaginación para escoger los temas y cierta tendencia a la autocensura.
Afortunadamente, aquí no somos estrictos.

11 agosto 2011

De bien

"Gente de bien" siempre me ha parecido una expresión bastante prostituida. No sé porqué pero cuando escucho a alguien hablar en nombre y defensa de la "gente de bien" suele ser para justificar alguna opinión sesgada y maniquea.
La gente de bien no suele pensar en sí misma como gente de bien, porque no conciben otra forma de ser. Un pez no piensa en si mismo como pez porque desconoce que haya nada distinto fuera del agua.
"Gente de bien" es por tanto un colectivo inventado de gente no tan buena.  Un recurso de oradores profesionales, de líderes espirituales y de banqueros. Un término para describir  un club al que todos nos gusta pensar que pertenecemos, pero que cuando se está realmente en él se haría lo que fuese por no formar parte.
Porque el hecho es que la auténtica gente bien suele estar más bien mal, por no decir jodida.
En estas noches raras las calles arden, los hospitales cierran y los países quiebran, y algunas empresas los desmantelan y venden las sobras.
Y la gente de bien de verdad malduerme haciendo cuentas y cuadrando finales de mes cada día más anticipados. Asimilando la resaca heredada de esa borrachera ajena que fueron las épocas buenas, y deseando que cuando salga en la tele un solemne señor a defender a la gente de bien, como poco, le caiga un rayo.