28 mayo 2004
Cinco horas y treinta y cuatro minutos.
Esas son las que quedan para que suene el despertador (otra vez).
Si consigo dormirlas seguidas me doy con un canto en los dientes.
Pero no me hago muchas ilusiones...
Tengo un casco
Tengo un casco, negro, para la moto.
Hace dos días reparé en que había desaparecido.
Lo busqué por todos lados y no lo encontré.
Conociendome, deduje que me lo había dejado sobre el asiento alguna noche volviendo a casa, y se lo había llevado alguien más espabilado que yo.
Ya tenía asumida la compra de un sustituto cuando ayer, de pronto, un amigo me dijo que tenia un casco negro en su casa.
He ido a verlo y era el mío. Rascado, con arañazos y un par de golpes, pero indudablemente mi casco.
Lo más curioso es que hace semanas que no paso por casa de mi amigo.
Y él no tiene ni idea de cómo ha llegado a su casa.
Y ahora lo veo en la mesa, como un gato escapado que vuelve a casa después del celo. Lleno de marcas y cicatrices de peleas en callejones. Lleno de historias.
Ojalá me las contara. Ahora sí que no lo cambio por nada.
Gente piedra
Es lo malo de la gente piedra.
Nos puedes poner en la cima, o dejarnos al pie.
Eso sí, puedes estar seguro de que si nos movemos, va a ser cuesta abajo.
Y rodando.
Y llevandoselo todo por delante.
27 mayo 2004
Seychelles
Perros que hablan y pastan en los prados, viejas furgonetas que recorren el litoral de Menorca llenas de libros y de lamparas, con el interior tapizado de alfombras persas. Muros tan altos que ni un pájaro puede sobrevolarlos. Pájaros bala. Pájaros globo. Y una señora que me mira fijamente, pero por más que mueve la boca jamás consigue que la entienda.
Mientras la gente sueñe cosas de este tipo el gremio de los psicoanalistas podrá irse de vacaciones a las islas Seychelles todos los años. Sin reparar en gastos.
26 mayo 2004
Yo estaba antes
Autor y personaje pueden llevarse a matar y en ocasiones se gastan autenticas putadas.
Quizás sea esto un diario espejado, y mi vida sea una consecuencia de lo que escribo y no al revés, como se supone que debe ser. No me gusta esa idea.
Es una duda incómoda y capicúa a la que no me acostumbro.
Nunca pensé que me fuera a ser dificil convivir con esta criatura.
Más le vale ponerse las pilas o le quedan dos telediarios.
Yo estaba antes. Y yo aún soy el que decide.
Esto es lo que pienso que quedaría bien en un post.
O es lo que pienso.
25 mayo 2004
Y si?
A veces una idea te ronda borrosa por la cabeza, como una presencia que te pisa los talones todo el dia y que siempre se queda a tus espaldas por muy rápido que te gires.
Y ocurre que en ocasiones, a horas raras y tal vez por accidente, damos forma a esa idea, se vuelve tangible y real. Estaba ahí todo el tiempo, pero algo ha encendido la chispa adecuada y de repente ha prendido.
Entonces la idea toma cuerpo cara y ojos y te sigue a todos lados, recordandote que te está allí. Y dandote pellizcos. Y susurrandote contínuamente
"Y si...?"
24 mayo 2004
Maestro de nada
Hoy me han contado que es necesario invertir al menos diez años para aprender a preparar sushi.
Si nos ponemos en ese plan, y echando un cáculo rápido, por mucho que avance la ciencia médica sólo voy a tener tiempo para aprender a hacer como dios manda cuatro o cinco cosas. Y eso en el mejor de los casos.
Invertí los primeros diez años en aprender a atarme los cordones.
Pasé la decada siguiente aprendiendo a mimetizarme con el color verde pálido de las paredes de mi instituto. Mala elección, porque ahora ni sé silbar, ni fumar, ni comer pipas, y mis intentos de hacer globos con un chicle suelen terminar en el suelo.
Ser adolescente sin saber hacer ninguna de estas cosas es francamente complicado.
Los siguientes diez los estoy invirtiendo en la guitarra y el resultado es mejorable. Así que voy a tener que ser más selectivo en las cosas que aprendo.
No puedo permitirme muchos errores.
O eso, o me intereso sólo por cosas que se puedan aprender en diez minutos. Alguna debe haber...
21 mayo 2004
Predicción meteorológica.
Si de pronto supieramos con total certeza que al día siguiente nos iba a fulminar un rayo, haríamos las cosas de otra forma.
No iríamos a trabajar.
Disfrutaríamos a flor de piel de sensaciones a las que normalmente somos impermeables.
Diríamos lo que pensamos sin dudar, sin importarnos las conscuencias.
Haríamos saber a las personas que nos importan que el hueco que tienen en nuestro pensamiento es más grande del que quizás les parece.
Ataríamos todos los cabos.
Desafortunadamente la predicción meteorológica no ha avanzado tanto.
Y algún imbécil inventó el pararayos.
20 mayo 2004
Icono generacional
Estoy empezando a coger alergia a esta gente de pose atormentada por ser distinta de los demás. No hay nada más triste que cultivar obsesivamente esa distinción.
Y los ves maldecirse por arrastrar la carga de su propia singularidad. Y los notas nerviosos, alerta, atentos a cualquier aroma de mediocridad en el cuello perfumado de sus camisas. Dispuestos a sacudirselo a base de prosa poética, opiniones transgresoras y pose indolente ensayada en espejo de cuerpo entero. Manten la postura, que te siguen mirando...
¿Habrá más raros que normales en este planeta? ¿Serán la nueva "normalidad"? ¿Se pasa con la edad? ¿Es un germen?
Colonia barata, por favor. Más gente de a pie.
Los auténticos raros ni saben que lo son. Esos son los buenos.
19 mayo 2004
Cerrado por defunción
Cuando ví anunciado el libro en fascículos de "Conozcase a sí mismo y sea mejor persona" supe que ese libro era lo que yo necesitaba.
Los todos los lunes, cuando a mi viejo kiosquero le llegaba el envío de buena mañana, yo estaba esperando junto a él, aterido de frío pero expectante, para añadir un tomo más a mi colección e introducir las fichas en los hermosos carpesanos color púrpura que de cuando en cuando adjuntaban.
Aún recuerdo la emoción contenida, el disfrute anticipado, cuando esperaba a subir a casa para rasgar el celofán del envoltorio y lazarme a leerlo de un tirón.
Empaparme de sesudo autoanálisis introspectivo. Alumbrar zonas oscuras de mi propio ser, amueblar mi interior a mi gusto. Descubrir verdades que una vez asumidas cuesta imaginarse el haber vivido sin conocerlas. En resumen: ser mejor persona.
Ese invierno, a mitad de colección (a falta de 2 fascículos y el glosario de términos), mi kiosquero falleció, y su señora traspasó el negocio, que ahora es un minúsculo consultorio telefónico.
Aún recuerdo mi frustración el día que me recibió la persiana cerrada y la escueta nota manuscrita pegada con esparadrapo en la pared.
La señorita de la editorial no entiende mi preocupación.
Edición agotada. Pruebe en alguna librería, o en el mercado del coleccionista. Le deseo suerte, se imprimieron muy pocas colecciones. No vendían. A la gente le llaman más la atención las colecciones de cascos militares en miniatura, o las muñequitas de porcelana. ¿No le interesaría a usted u...
Supongo que tampoco entiende que haya colgado.
No me servía. No me ayudaba.
No entiende que tengo un hueco. Que no estoy completo.
Que necesito esos dos fascículos. Y el glosario.
No quiero sorprenderme, no quiero descubrirme. Me aterran las sorpresas frente al espejo, son como encontrar un cabello pegado a la pastilla de jabón.
Necesito conocerme, de cabo a rabo. Ya.
17 mayo 2004
Telepromoción
Lo importante es participar... a otro con ese cuento.
Necesito que me hagais famoso.
Porque me parece que, a este paso, rico no voy a ser...
16 mayo 2004
Idea para un negocio
He decidido hacer algo productivo con mi talento innato para salir de noche y que me ocurran cosas absurdas y desastrosas.
Supongo que crearé una prestigiosa firma de entretenimiento para yuppies pudientes, me pagarán un dineral para que les lleve en grupitos organizados a clubes, afters, y demás sitios poco recomendables.
Algo como esos viajes de (controlada) aventura desertica en todo terreno en las que pueden lucir los pantaloncitos de mil bolsillos color arena comprados en Coronel Tapioca.
Pero en la ciudad. Y de noche.
Se emborracharán, harán el loco, liberarán endorfinas y maltratarán sus cuerpos. Exortizarán toda la tensión acumulada en las tensas reuniones de marketing, y finalmente, alguno de mis empleados infiltrados entre el gentío de la pista les birlará la cartera con DNI, carné de concudir, tarjetas y demás.
Y también las llaves de casa.
Se pasarán unas dos horas maldiciendo y preguntandose porqué siempre tienen que ser ellos los últimos en irse a casa.
Tendrán que recurrir a alguna buena amistad para que les deje dormir en su casa por la mañana hasta conseguir entrar en suya propia, unas 24 horas después.
Se ducharán, se pondrán el pijama, escucharán algo de jazz y encenderán sólo un par de luces en la casa.
Se quedarán tumbados en el sofa, mirando el techo y asimilando los recientes acontecimientos.
Y se alegrarán de por lo menos tener algo que contar. Sentirán que por una vez han escapado del pegajoso velo de predicibilidad que cubre sus modélicas y ordenadas vidas.
Y seguro que más tarde repiten.
Yo siempre lo hago.
14 mayo 2004
13 mayo 2004
Otro inventario vital más (coladas nocturnas)
Tengo sueño. Y un charco de agua bajo la lavadora (dichoso desagüe). Y una montaña de ropa mojada dentro de ella.
Las bicicletas son para el verano. Y las pintas de cerveza, para el fin de semana, mira que me lo tengo dicho.
¿Será ilegal hacer la colada con dos copas de más? Una buena amiga me ha dicho que probablemente sí lo es.
Así que voy a hacerlo, que me da morbo.
(Gracias a Luci por ilustrarme este post... me encanta!)
12 mayo 2004
Me sé / Me olvido
Ha días que me sé de memoria. Y me sueno a conocido y no hago más que lloverme sobre mojado. Las palabras me suenan gastadas, y se nota que los pensamientos que tengo han pasado ya por demasiadas cabezas y bocas.
Esos dias son como cuando te duchas y sólo puedes ponerte la misma ropa que llevabas antes.
Sin embargo otros días me descubro a cada minuto. Y me sorprendo de un gesto que hago (o de algo que digo), como si alguien me los hubiera dictado susurrandolos a mi oído.
Yo creo que algunas noches me olvido de quien soy y me paso los días siguientes intentando recordarlo. No es tan malo: la verdad es que me gusta hacerlo.
10 mayo 2004
Juguetes
De tanto desearlo, un día el niño consiguió hacerse invisible.
Al caer la tarde corrió a la tienda de juguetes, riendo de puro contento al no verse reflejado en los escaparates.
Se coló con sigilo poco antes de cerrar, y se pegó al mostrador de los peluches para evitar que ni el dueño ni los últimos clientes tropezaran con él. Notaba como el corazón le latía con fuerza ante las perspectiva de cumplir su sueño.
El dueño apagó las luces y cerró la persiana. Penumbra total.
Y el niño invisible se dió cuenta de que no podía jugar a nada a oscuras. Sólo podía tropezar con cajas y estantes.
Así que se sentó y se quedó mirando donde deberían estar sus pies. Unos pies que no vería aunque estuviera a pleno sol.
Máquinas
Ayer pasé todo el día absorbiendo sol, un trapo seco empapandose de agua. La luz del sol giraba en espirales y terminaba entrando en mi como hace el agua en el desagüe.
A veces me olvido de que somos máquinas con un mantenimiento y unas necesidades, y si no les echamos un ojo a los niveles, a veces empezamos a no funcionar bien.
Y mi nivel de sol hacía semanas que estaba seco.
Ahora estoy repleto de energía.
Y tengo la nariz como un pimiento.
09 mayo 2004
Ruidos de fondo
Sufrir es muy sencillo. Hacer daño, más todavía. El día que descubres algo así es siempre un día malo.
No puedes disculparte, no puedes evitarlo. Sólo puedes estar triste.
08 mayo 2004
Vivo
Un
solo
casco.
Salir con un solo casco en la moto es toda una declaración de intenciones. Nadie te va a privar de tu paseo.
Disfrutas del trayecto de extraradio. En esos instantes sales de un concierto y has quedado con tus amigos en el centro. Son las 2 de la mañana y circulas por una carretera sinuosa jugando con el acelerador.
Comienzas a intuir que tu atajo se ha vuelto en contra tuya (los famosos contraatajos) y decides abandonar esa carretera secundaria cuanto antes, en busca de una autovia que te lleve a la ciudad.
La noche es oscura y, aprovechando una recta, pones las largas.
Nada más hacerlo, divisas un socavón de unos quince o veinte centimetros de profundidad. Aún queda lejos, pero tu vas muy rápido. Demasiado.
Clavas ambos frenos, y comienzas a oir como chirría la rueda trasera, protestando por el abuso. A pocos metros del socavón, la delantera también grita.
Cuando llegas al bache aún llevas demasiada velocidad.
Percibes perfectamente como la horquilla de la suspensión delantera hace tope con un sonoro ruido metálico. Nunca lo habías oido. De pronto, durante unos instantes que se te hacen eternos, sientes la sensación de ingravidez típica de tener ambas ruedas separadas del asfalto. Décimas despues (aunque para tí han sido minutos) las ruedas vuelven a tocar el suelo, rebotando dos o tres veces.
Frenas fuertemente, curzando la moto. Te quedas parado, exhausto, respirado fuertemente, en medio de una una carretera secundaria, con la única compañía del ralentí del motor. Sabes perfectamente que podrías haber salido volando con un resultado mucho peor. A lo lejos oyes el ruido ramizado de los coches de la autovia.
Ya sabes por donde ir. Pero te esperas. La excitación te ha hecho inundar de vaho la visera del casco, y esperas a que este se evapore.
¿Que le pasa a uno por la cabeza en ese momento? Nada.
¿Cómo se siente uno en ese momento? Vivo. Se siente uno vivo.
07 mayo 2004
El crío renacentista
Clases en el colegio alemán.
Clases de francés
Alero del equipo de baloncesto.
Clases de refuerzo de matemáticas.
Clases de piano.
El niño no para. Y no por voluntad propia. En realidad es aún demasiado joven para plantearse si le da la gana hacer este alarde de actividad multidisciplinar.
Imposición paterna de unos papás bien situados económicamente, ambos buenos profesionales en sus trabajos.
Mucho dinero y poco tiempo y ganas de cargar con el crio. Metamoslo a cursos. Es una inversión en su futuro.
Asiento alucinado a la lista de actividades extraescolares. ¿Queda franja horaria para ser niño? Supongo que dejan veinte minutos antes de acostarse.
Pienso en el niño de mayor y me lo imagino como un auténtico hombre renacentista, ingeniero, poeta, políglota y melómano amante de la Boheme.
Luego meneo la cabeza , y cambio de idea. Yo mismo durante mi infancia fui pasando por sucesivas clases de judo, taekwondo.... y diversas actividades infantiles (y supuestamente letales) que en los ochenta hacían furor en los gimnasios. He lucido cinturones de todos los colorines.
Y actualmente no soy ninguna máquina de matar. Creo.
Ni siquiera me acuerdo de contar hasta diez en japonés.
Y mira que me lo hicieron repetir veces...
Garza
Un día un bulldozer y un camión arrasan un humedal, sepultandolo en escombros, y al cabo de dos meses hay en su lugar un flamante polígono industrial.
Semanas mas tarde llega una garza que, en su migración otoñal hacia el sur, se posa para descansar y refrescarse. Sabe que allí puede hacerlo, aunque nunca antes ha visitado el lugar.
Y se posa en el tejado de uralita de una nave, la nueva sede de Recauchutados Vilamar S.L.
Y se queda oteando el horizonte de asfalto, perpleja. Y sé pregunta qué hacer entonces.
El instinto sólo le ha dicho el lugar, pero no le ha dado más detalles.
A veces yo también me siento garza en polígono.
05 mayo 2004
Yo piloto
Estrellarse tambien tiene su gracia. Y es mucho más fácil, desde luego. Mantenerse en vuelo nivelado es lo reamente complicado y meritorio.
Lo único que ronda la cabeza del piloto en esos casos de emergencia es escoger un buen sitio donde dejarse caer sin provocar demasiados destrozos. Minimizar los daños. Y con suerte, salir con vida.
Y una vez detenido el avión, aún anclado en el asiento dentro de la cabina semienterrada y humeante, sólo queda relajarse.
Y decirse que a partir de ahora las cosas necesariamente han de ir a mejor.
Desavenencias
Apenas me ha dejado dormir.
Me ha revuelto las sabanas de tal manera que me he despertado enredado en ellas.
Me ha desordenado los armarios.
Me ha dejado la nevera vacía y no he podido desayunar.
Lo peor es su cara de circunstancias. Una cara que dice "a mi no me preguntes".
La he visto en el espejo y me ha desarmado.
No sé que hacer, creo que voy a tener que hablar seriamente con él.
04 mayo 2004
Troubleshooting
Nunca me entregaron el manual de mi vida. Se debió perder en el envío.
Aprendí a usarla como todo, apretando botones y viendo que pasaba. Me las apañaba bastante bien. Habia funciones que no controlaba, pero no soy un usuario demasiado exigente.
Un día apareció una lucecita naranja, pero no le dí demasiada importancia.
Más tarde comenzó a parpadear y se empezó a escuchar un zumbido preocupante.
Ultimamente la luz está roja, y ya no parpadea.
03 mayo 2004
Vivir Sin Decidir - 13 normas para no tener que pensar
Al 90% de la gente tomar decisiones les resulta un engorro. A no ser que nos vaya la vida en ello, es mejor que decida otro.
Llevo años analizando el problema, y he aqui el fruto de mi trabajo:
1.- Silencio: Evita contestar preguntas en lo posible.
2.- Discrección: No destaques. Si destacas la gente te hace preguntas y hay que contestar.
3.- Color: Azul. Va bien para un traje, las paredes de la casa, o el coche. Generalmente el negro no va con las paredes, y vestir todo de blanco canta mucho fuera del puerto deportivo.
4.- Música: la más vendida.
5.- Película: la más vista.
6.- Un plato: el que haya pedido la última persona. Si has de esperante un rato a que alquien pida, te aguantas y esperas. El no pensar tiene un precio.
7.- Un asiento: el de más a la derecha.
8.- Un sabor de helado: el de la tarrina más a la derecha.
9.- Ropa: Si pedimos integramente lo que lleva el maniquí nos ahorramos un montón de decisiones. En caso de que haya varios, el de más a la derecha del escaparate. Es importante que el maniquí sea de tu sexo. En caso contrario, aunque es una opción totalmente respetable, vulneraríamos la norma #2.
10.- Opción política: la de más a la derecha. Las otras opciones tienden a preocuparse por tu opinión y a consultartela. Mejor no.
11.- Cuestiones bipolares: Ante preguntas del tipo "sí/no" en las que no haya nadie contestando antes o los elementos a decidir no estén situados a izquierda y derecha (propuestas de matrimonio, ofertas laborales, me suicido hoy o no, etc...) propongo un sencillo método. Asignemos como afimativos los numeros impares y negativos los pares y consultemos de forma distraida el segundero de nuestro reloj para poder contestar.
12.- Nombres: Ponle a tu hijo o hija el nombre del médico que lo haya traido al mundo. Si el sexo del profesional no coincide, sal al pasillo y pregunta al primer facultativo con bata blanca con el que te cruces.
13.- Justificación: Si te piden una razon, baja la mirada y musita "no sé...". En un alto porcentaje de los casos, si no levantas la mirada, la otra persona lo dejará por imposible.
Esto es todo. Pienso que con estar normas es posible morirse sin llegar a pensar. Obviamente el estudio no está finalizado. Quizás un dia lo acabe. Aún no lo he decidido
I'm back
Erase que era un tipo que recorrió 600 kilómetros para comprar unos imanes de nevera. Finalmente los encontró pero decidió no comprarlos porque le parecieron caros. A pesar de eso, el viaje se vió sobradamente compensado por una deliciosa crema de calabacín, miles de buenas conversaciones y la mejor de las compañías.