27 abril 2004

Cosas raras

Un dia te vas a dormir y sueñas con un gato negro gigante al que no paras de perseguir para jugar con él. Y nunca lo alcanzas, pero siempre te espera para que estés a punto de tocarlo, y asi poder escabullirse de nuevo.



A la mañana siguiente te levantas con el pelo erizado de una forma completamente absurda y moderna.

Y te vas camino del trabajo levantando miradas de admiración entre los que se cruzan contigo, escuchando música a todo volumen con auriculares, y sabiendote un impostor porque no ha sido cosa del "Out of Bed" de Loreal. El tuyo es genuino e irrepetible.

Y cuando caminas por el pasaje subterráneo donde siempre está el flautista indigente, notas que toca la melodía de lo que tú estás escuchando, superpuesta, como si la oyera de tus oidos.

Y a tu cara de pasmo, él responde con una mirada indiferente, sin dejar de tocar.



Y lo dejas atrás, y sales del pasaje. Y se acaba la canción y empieza otra. Y viene una racha de viento y te deja el pelo como siempre. Y te metes en el tren intentando recordar en qué has soñado esa noche. Pero nada, no hay manera.

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