09 julio 2004
El sol, de vuelta
El grueso cristal de la ventana del vagón me filtra la luz del sol más blanco que he visto en meses.
El aire está tan limpio que apenas filtra su brillo, y la luz se derrama por todo el paisaje a pesar de que ya es tarde y pronto habrá anochecido.
Me arrimo a la ventana y capturo cuantos rayos puedo con mi cuerpo. Mi escasa ración diaria.
Bajo mis ojos entrecerrados, pasan silenciosos a toda velocidad los interminables campos de arroz. En esta época, y con el sol rociandolos a ras, están de un verde rabioso, insultante.
Pero no sé a qué huelen, y en pocos minutos entro en la ciudad y los olvido.
Hoy, como otros dias, las horas han resbalado. Y como muchas otras veces, no he podido librarme la sensacion de que en algun sitio está pasando algo. Y yo me lo estoy perdiendo.
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