29 febrero 2008

La geometría de las intersecciones

Aprendió a patinar con esos botines blancos atados hasta arriba cuando yo cosechaba en mi bicicross las primeras costras de mis rodillas.
Decidió que no había nada mejor que los neones verdes de la feria y el olor del algodón de azucar el día que yo encontraba mi lugar en el cine de verano, sentado en un silla de plástico bajo los pinos y las estrellas, viendo siempre las mismas películas, mientras las diminutas explosiones de los petazetas en mi boca se superponían a las de los cañones de la estrella de la muerte.
Fumó su primer cigarro cuando yo dejé de llevar coderas adhesivas en los pantalones de pana.
Debió hacerse mayor más pronto, porque yo lo hice tarde deprisa y mal, como casi todo lo demás.
Deambulamos unos cuantos años más y después nos encontramos. Y luego volvimos a despedirnos.

Las vidas paralelas no existen, y si lo hacen y van rectas, es obvio que nunca llegarán a encontrarse.
Lo malo de las otras es que o se estrellan entrecruzandose de forma secante o son tangentes en un punto y luego se separan. Si dan algunos bandazos, es posible que se encuentren de nuevo.

Y eso es todo. La geometría de las intersecciones no permite más posibilidades. Lo cual no es ni bueno ni necesariamente malo, tan sólo es algo que se cumple siempre.

26 febrero 2008

Llover siempre

Tal vez esta vez llueva para siempre, pensé al acostarme. A la mañana siguiente seguía haciéndolo, pero esa vez no me importó y a partir de entonces me daría igual.
Me harté de vivir pendiente de los partes. Resulta más fácil aprender a mojarse que cambiar el curso de las tormentas.

25 febrero 2008

Ambigüedades matutinas

Esta mañana he oido en la radio del taxi que estaba a mi lado que "El Español Sigue Deprimido". El semáforo se ha puesto en verde antes de que me diera tiempo a averiguar si era la crónica deportiva o el resultado del último estudio del CIS.

24 febrero 2008

I'm in fashion

El haber salido la otra noche con un zapato distinto en cada pie y que nadie lo advirtiera (ni yo mismo) hasta que horas después me los quité al llegar a casa entra esta semana con fuerza en mi top ten personal de Cosas Que Me Ocurren Que Si Le Ocurrieran También Al Resto De La Gente Me Harían Pensar Que Lo Mío Es Normal.

22 febrero 2008

Papeleras, rehenes y canciones

Hoy me han pedido volver a poner musiquita en el blog y he respondido que lo intentaría, pero que lo veía difícil dado que casi todas las peticiones de este tipo suelen ser interceptadas por mi implacable Departamento de Desgana y Aplazamientos Perpetuos.

Afortunadamente, al final conseguí distraer a esos malditos burócratas de mi cabecita incendiando la papelera del pobre Adjunto a la Dirección de Contabilidad de Números Siempre Rojos que, presa del pánico, se ha escondido en el compartimento de papel de la más grande de las fotocopiadoras, tomando como rehenes a dos paquetes de folios de 80gr/cm y un pobre bote lleno de clips y gomas elásticas que sólo pasaba por allí.
Su única petición ha sido que "todo vuelva a ser como antes", pero no es muy especifico en cuanto a qué considera "todo" y "antes", los negociadores y psicólogos se están volviendo locos, necesitando ayuda psicológica ellos también. Al final todo el mundo se ha puesto a llorar, especialmente los chicos de las Fuerzas Especiales, a los que hacen ir con la cara pintadita de camuflaje negro para ir a juego con el mono y las botas. Y claro, luego lo iban dejando todo perdido.
No hace falta ser un genio para deducir que, ante la confusión creada, me ha sido muy sencillo encontrar un rato para editar un poquito la plantilla del blog.

Gracias a "otra", por haberme espoleado a hacerlo. Está bien repintar el cuarto de vez en cuando.

18 febrero 2008

Importante. Lea esto antes de comenzar...

Tras muchos años he decidido abandonar mi proyecto de redactar un Manual de Uso de la Gente en General. Los numerosos problemas identificados (multitud de modelos a describir, irregularidades en la calidad del suministro, quejas de los sujetos sometidos a tipificación) me han llevado a concluir que mi otrora ambicioso proyecto comienza a entrar en el terreno de lo quijotesco.

Así que he decidido reducir el ámbito de estudio y centrarme en un Manual de Uso de Mí Mísmo. Algo moderno y visual, ya me entienden, con un póster desplegable en plan 'getting started' con una breve secuencia de cuatro pasos que permitan desembalarme y ponerme en funcionamiento en cosa de dos minutos.
También añadiré información imprescindible para mi uso cotidiano: consejos de conservación, tiempos de recarga y las inevitables ilustraciones estilo manga donde simpaticos monigotes tristes o alegres escenifiquen qué debe o no hacerse conmigo.

Por último, tal vez la sección más importante, añadiré un extenso 'troubleshooting' con resolución a cuestiones habituales en plan "que hacer si mi pab se convierte en un cínico" ,"qué hacer si es de día y aún no ha vuelto" o el consabido "¿es normal que compre compulsivamente latas de atún?".

Una vez lo tenga acabado, lo imprimiré, lo encuadernaré, me lo leeré hasta memorizarlo y luego lo cortaré a trocitos y me lo comeré hasta no dejar rastro. Lo cual puede parecer absurdo, pero como comprenderán no voy a ir dando facilidades a esa enorme pandilla de individu@s con los que tengo que lidiar a diario sin disponer de unas míseras instrucciones.

11 febrero 2008

Guión para un microdrama

Personaje 1:
¿Qué querías? Cuando me has dicho de quedar aquí te he notado preocupado.

Personaje 2 (mira ambos lados desconfiado antes de contestarle en voz baja)
Lo han hecho, Andrés. La poesía, la han quitado.

Personaje 1 (riendo):
¿La han quitado?¿A qué te refieres, viejo chocho?¿La han quitado de los planes de estudio? Menuda novedad. Pensaba que me llamabas para algo importante, con la que está cayendo.

Personaje 2 :
No. La han quitado de los planes de vida. Dicen que afecta al rendimiento económico del país. Y no es una broma. Tengo un amigo, alguien en quien confío, que trabaja en el ministerio.

Personaje 1 (le observa primero divertido, poco a poco más serio) :
Pero... no pueden... Y... ¿y qué haremos?

Personaje 2 :
Vender la casa y coger un avión. O pegarnos un tiro. O peor, quedarnos a ver qué pasa.

09 febrero 2008

Siempres

"Siempre" es posiblemente la palabra más vejada de nuestros tiempos, con el permiso del "nunca" al que tanto linchan los políticos por estas fechas cuando nos prometen lo que no harán ni muertos.
Operadores telefónicos ofrecen tarifas "para siempre" que incumplen a los tres meses.
La gente antes se casaba "para siempre".
Nuestro referente para el siempre terminará siendo el plazo de las hipotecas. Es lo más parecido que conocemos.

07 febrero 2008

Lo aplazo todo

Mi vida muchas veces ha sido novela de aventuras.
Otras veces, drama dieciochesco, tragedia griega, betseller de espionaje, cuento sin moraleja y hasta cómic de la marvel. Mi libro a veces kafkiano, muchas más bukowskyano, ha tenido páginas del kamasutra, de sainetes populares, de ópera rock e incluso de suplementos de economía.
Pero últimamente lo aplazo todo por necesitar hacer cosas más aburridas e inapelablemente necesarias. Y al aplazar y aplazar todo se uniformiza, la letra se empequeñece y las páginas pierden su consistencia y su color. Y acabo viviendo un listín telefónico.
Lo cual por un lado no esta mal por eso de tener controlados los teléfonos de la gente. Pero para todo lo demás es un auténtico coñazo.

05 febrero 2008

Amor de madre

Aquel día, cuando saltó y tiró del cordón, se acordó de que su madre le había birlarlo el paracaídas para lavarselo y plancharselo. "Ya es suficiente que vayas por ahí vestido de colorines y saltando de aviones como para que encima lo hagas con ese trapo hecho unos zorros. No señor, mi hijo no. ¿Es que no te das cuenta? Todo hecho una bola ahí dentro. Y menudos lamparones. Y luego las vecinas lo ven y se lo cuentan entre ellas ¿Y en qué lugar me dejas?¿Es que no me quieres?".

Curiosamente, en lugar de su habitual vómito de de tela multicolor, la mochila expulsó una hogaza de pan de pueblo envuelta en papel albal, tres porciones individuales de margarina, un tarrito de mermelada casera de melocotón y varias servilletas de papel que se esparcieron juguetonas y, retorcidas por el viento, desaparecieron hacia arriba en un segundo. Las viandas flotaron sobre su cabeza mientras él, con esa mezcla de agradecimiento, bochorno y cariño que los hijos profesan a sus madres en estas ocasiones, suspiraba resignado y buscaba algo en los bolsillos de su mono con lo que cortar el pan y untar el condumio.

Mientras atravesaba un espeso manto de cúmulo nimbos lamentó no tener nada con lo que tostar el pan en su largo y apacible viaje de vuelta al suelo.



[pab: Este va para mi santa madre, mi amiga y a veces también mi paracaídas]

02 febrero 2008

Maldita colada

En esto, como en todo, supongo que cada uno tendrá sus manías, pero yo acostumbro a guardar mis estados de ánimo en el bolsillo trasero del pantalón.
Sé que no suena muy glamouroso, pero después de muchos años de uso, tenerlos a mano liados con una goma elástica (la colección ha ido engrosando con el tiempo) ha demostrado ser la mejor solución.
No importa si he de hablar en público, pilotar un cuatrimotor o aprender portugués borracho de tequila. Lo importante realmente es tener a mano el estado de ánimo adecuado.

Esta noche al quedar con mis amigos me he dado cuenta de que he echado a lavar un pantalón con todos mis estados de ánimo dentro. Me he percatado al entrar en el bar, he buscado frenéticamente en la bolsa y sólo he encontrado uno arrugado, el que suelo emplear para esperar al autobús, para hacer fotocopias y para cambiarle la arena a los gatos.

Como podrán ustedes entender, la noche ha sido un auténtico desastre.

01 febrero 2008

Demanda

Se me ocurre que algún valiente debería animarse a demandar a la vida por publicidad engañosa.
Si ganase el juicio, el veredicto sentaría un precedente legal en el cual se apoyarían cientos, miles, millones de demandas más. Se crearían inmensos grupos de damnificados, nutridos por gente que en uno u otro momento de sus vidas había suspirado por algo más que una eterna espera en la caja del carrefour .
Se estimarían indemnizaciones billonarias, abogados y bufetes oportunistas harían su agosto, amparados en la inapelable certeza de que nuestras vidas en muchas ocasiones no se parecen a lo que figuraba en el folleto.

Se me ocurre que finalmente la vida, acorralada, se declararía insolvente y tendría que pasarse la eternidad haciendo trabajos sociales a la comunidad.
Y que probablemente las costas del juicio terminarían siendo abonadas por el silencioso colectivo de personas que nunca se esperaron más de lo que tenían.
Y se me ocurre que, siendo como son, tampoco se quejarían.