24 noviembre 2004

Compre(n)sión

Hoy no era el día adecuado para tener esa conversación ni para desayunar lo que desayunó.
Las prisas que tuvo hoy no eran las más indicadas y el tren en el que se subió, si bien era el que cogía todas las mañanas, parecíó llevarle a la dirección equivocada.
Escogió mal el lado de la acera camino de la oficina, y el tono del "buenos días" dirigido a sus compañeros de trabajo estaba totalmente fuera de lugar.

Subió a la terraza del edificio y tuvo la certeza de que en algún lugar anónimo a cientos de kilómetros estaba su lugar indicado.
Su tiempo y su espacio precisos.
Tal vez un trozo de cesped soleado en la rotonda de nudo de carreteras de circunvalación. O un parque desierto de gente por ser demasiado temprano.
O un trozo de costa tan desnudo, gris y alejado de todo que ni siquiera era playa.

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