04 noviembre 2004
Cien millones de personas equivocadas
Si gobierna un macaco, si cientos de millones lo apoyan, si tiene el cuero, la gasolina, el metal y las armas, lo unico que nos queda es el reducto de las cosas pequeñas.
No podremos huir de su influencia, pero sí marcar una línea que no pueda atravesar.
Esto va por vd., Sr. macaco, y por los señores con piel de mármol que le hacen el nudo de la corbata: sigo siendo gobernante soberano de mis incoherencias, de los sitios que me pican y de cómo me los rasco.
Ese es mi reducto. Y le costará mucho invadirlo.
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