28 octubre 2004
Orificio
Esta mañana, mientras dormitaba en el tren, me he observado que en el cielo encapotado faltaba un trozo.
Una perfecta circunferencia de un azul insultante rodeada de gris plomizo.
Como cuando alguien, haciendo galletas caseras, utiliza el borde de un vaso para cortar circunferencias de masa.
No pegaba con el resto. Y no era normal.
A nadie ha parecido importarle.
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