31 enero 2008

Prehistorias

Me he encontrado de sopetón con mi viejo blog, el de antes de éste, y lo he integrado en el historial de posts. Los comentarios del personal no tienen desperdicio.
Es como el blog de otra persona. Todo era más rápido, más ingénuo y emocionante.

Al principio me ha frustrado comprobar que entonces escribía mejor que ahora, pero luego me ha tranquilizado saber que ya no tengo que temer a la llegada de la decadencia porque estoy cómodamente instalado en ella.

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