13 diciembre 2004
Difunto deseado
Necesito celebrar el entierro de la parte de mi mísmo que no para de crearme problemas. La que se empeña en soterrarme a diario.
Lo tengo todo planeado, será un entierro festivo.
Amigos y conocidos acudirán y serviré vino y jamón y todo tipo buenas viandas.
No faltarán la buena música ni las risas.
Repartiré clavos y martillos para que me ayuden a sellar la tapa.
Echaremos tierra en el cajón con las manos desnudas, enmudeciendo las protestas ahogadas de mi parte fallecida.
Y bailaremos sobre el montículo hasta que la tierra quede plana.
Entonces me iré a dormir bajo una manta cien días seguidos.
Y cuando despierte, haré planes para el resto del tiempo que me quede.
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