02 septiembre 2004
Precaución, amigo conductor.
Hay gente tan enamorada de sí misma que entra pereza conocerlos para no tener que competir por su atención con ellos mismos.
Así que les mandas a paseo y de paseo se pasan la vida, y mientras caminan mirandose los pies se construyen un monumento en el ombligo, hecho de espejitos y autocompasión.
Es importante no ponerse delante, porque se pueden tropezar contigo y te pasan por encima sin darse cuenta siquiera. Y te quedas hecho unos zorros volcado en la cuneta preguntandote en qué parte de la historia perdiste la preferencia de paso.
Precaución, amigo conductor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario