12 julio 2005
A rastras con todo
Realizar una mudanza completa es una tarea que exige en primera instancia un completo autoexamen.
Si no puedes llevartelo todo, sólo un análisis metódico y exhaustivo de la matería última de la que estamos compuestos en ese instante nos dará la lista de las cosas que podemos dejar y las que necesitamos llevar con nosotros.
Los que no tenemos tiempo o ganas para esas chorradas inventamos métodos rápidos para atajar ese tipo de decisiones. Últimamente me da por pensar que lo mejor es dejarlo caer todo por la ventana. Una vez vacío el piso sólo quedaría bajar a examinar la montaña de escombros de la acera y rescatar lo que aún quedara intacto.
Eso haría a los habitantes de los pisos altos personas menos dependientes de lo material, supongo.
Cojines y ropa nos acompañarían a todos nuestros hogares.
Intérpretes de piano y coleccionistas de porcelana de Lladró serían los peor parados.
Nunca llueve a gusto de todos.
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