29 noviembre 2010
Latifundista involuntario
Dice siempre un amigo que cada vez que haces algo por alguien a quien quieres sin esperar nada a cambio ensanchas tu parcela de cielo, especialmente cuando esa persona no te hace demasiado caso. El asunto no deja de tener gracia porque mi amigo es bastante ateo, así que de su teoría deduzco que un acto de amor desinteresado no deja de ser una transacción en la que aceptas como pago por tu altruismo unos cuantos metros cuadrados parcelados en medio de la nada.
A veces se cuela en tu vida alguien que te cortocircuita el instinto de autoprotección y te aboca quizás sin saberlo a un sinfín de intentos frustrados de obtener una atención mínimamente proporcional a la que tu le profesas.
Y en su desinterés, y en tu insistencia, te conviertes en poco tiempo en triste terrateniente, un latifundista involuntario propietario de comarcas y continentes enteros allá en los cielos. Mal asunto poseer tantas cantidades de nada, y no poder visitarlas, ni tener nada con qué llenarlas.
De esto nadie está a salvo, y es posible incluso estar al mismo tiempo en ambos lados: bebiendo los vientos por alguien que esquiva con condescendencia y al mismo tiempo multiplicando el territorio celestial de otra persona desgraciada que siempre tendrá un rato para sujetarte el paraguas, para ayudarte en la mudanza, para acunarte en los desvelos y para mirarte con ternura furtiva y desahuciada cuando te hayas girado para pagar las cervezas.
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7 comentarios:
Para mi es una de las cosas que mas duelen el sentir que alguien por quien darías mas de lo que deberías dar te ignora o ni siquiera es consciente de tus esfuerzos.
Pab, dedícate a construir tu reinado en la tierra, no en el cielo :)
:)
Beso.
Yo soy una terrible oligarca terrateniente de esta Pampa Gringa
donde tengo sembradas miles de hectareas de atencion y amor a la espera de una cosecha........
Lindo, lindo leerte
Ana
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