27 julio 2010
Zumo de naranja
Después de una vida de cepillarse los dientes tres veces al día, respetar el orden de cola cuando se abría una nueva caja, llevar una bolsita de plástico cuando paseaba a Sultán, practicar deporte de forma ocasional pero con la vestimenta adecuada, usar seda dental, beber con moderación, ir a bodas de amigos y familiares, mirarse preocupado esa fea peca de la espalda, recordar al menos tres chistes para las reuniones sociales, animar al equipo local, ver los partidos en el bar, pagar puntualmente impuestos y derramas de comunidad, agradecer de forma innecesaria al conductor que eventualmente frenaba dejandole cruzar el paso de cebra, poner lavadoras, casarse con la novia de toda la vida, añorar a la chica con la que no pudo ser, ver las pelis comerciales pero de pensar, remendarse calcetines, renovarse el carnet, ponerse protección solar, acordarse de aniversarios y efemérides, jugar año tras año sin éxito en el sorteo navideño de lotería de su empresa, practicar sexo conyugal, coleccionar casettes, cedés, deuvedés y blurrais, posponer de nuevo ese viaje soñado, graduarse la vista y aumentar de dioptrías, hacer pequeñas reparaciones domésticas, vestir casual pero formal, ir a cenas de antiguos alumnos, saludar en el ascensor, cambiar el aceite del coche y pasarle iteuves, limpiarse el cerumen con agua caliente y rascar con la uña esa diminuta mota del baño del espejo que no queda claro si es una mancha de pintura oscura o un defecto de fabricación, el protagonista de nuestra historia fue a comprar zumo de naranja embotellado para descubrir que su marca predilecta ya no estaba en los estantes. Y nunca volvió a estar.
Lo que pasa a partir de aquí no es relevante. Por desgracia para el protagonista de nuestra historia, lo que ha pasado hasta aquí, tampoco lo es demasiado.
23 julio 2010
Rancheras en el deslunado
Cada casa del mundo tiene sus trucos, sus misterios y sus manías.
19 julio 2010
De menos
Echo de menos cuando mirando el cielo de noche podía unir con el dedo las estrellas con segmentos y renovar las constelaciones, darle al cielo un aire nuevo decidido por mí y no impuesto por filósofos griegos. Echo de menos el tiempo en que era dueño de mi razón y también de mi sueño. Cuando con un tirón de las riendas podían enderezar la línea de mis pensamientos y hacerla transcurrir por mis lugares predilectos. Cuando no era yo el que la seguía a ciegas agarrado a ella y sin saber si el camino es el bueno. Cuando mi condenada capacidad para permanecer despierto no conspiraba contra mi cuerpo y no me devolvía por las mañanas a mi pellejo en el mismo punto de partida, sólo que con un poco más confuso y con un poco más de sueño. Y echando de menos algo, siempre echando de menos.
11 julio 2010
Llamp
Tengo a un amigo que está jodido porque una vez lo partió un rayo. Y de él quedaron dos mitades en el suelo, la que querría haberse muerto y la que se alegra de haberlo vivido.
Tengo un amigo fraccionado en hemisterios nocturnos y soleados, que no pide permiso y que se disculpa demasiado.
Tengo medio amigo con grandes principios y otro medio con impulsos incontrolados.
Tengo un amigo desconectado que al caer fulminado desordenó sus quieros y sus puedos y ahora no sabe cómo emparejarlos.
Tengo un amigo deconstruido que solía dar buenos consejos pero ahora calla y se mira el hueco cauterizado, preguntándose dónde encontrar un hilo que pueda coserlo y dejar una costura que aguante el trasiego diario.
Tengo un amigo en dos pedazos que está convencido de que necesita dos máquinas del tiempo, una para retroceder dos meses y otra para adelantar cien años.
08 julio 2010
Mi gol
Hoy es un día raro y feliz para mí. Y no hablo de los designios del pulpo adivino ni de los millonarios chavales en pantalon corto que tan bien nos representan.
Hoy es uno de esos días en los que me pasan cosas que me hacen pensar que los planes, para variar, pueden funcionar.
04 julio 2010
A veces hay veces
A veces hay veces que me enfado y quiero exiliarte en lo más hondo del crater que me dejan tus ausencias.
A veces hay veces que no me basta mi trozo de tarta, por grande que sea.