27 marzo 2008

Para todo lo demás

Ni el terreno, ni los planos, ni siquiera la calidad de los materiales.
Dicen que lo más importante para que una casa aguante el paso del tiempo es que esté habitada.
Y esto, además de cumplirse para todo lo demás, también es aplicable a las casas.

18 marzo 2008

Demonios

Demonios. Hoy no sé lo que ocurre pero me da igual todo lo que me viene preocupando desde hace meses. Y luce el sol y cantan los pájaros y los borrachos festeros duermen apaciblemente la mona en la calle y salto grácilmente con mi bicicleta sobre sus cuerpos camino del trabajo mientras en mi cabeza toca para mí la mismísima big band de Count Basie. Y probablemente algún pajarillo se me posaría en el hombro y silbaría a dúo conmigo si los petardos no los tuvieran a todos acobardados.
Demonios. Hoy tengo un optimismo a prueba de balas.
Esto me pasa por dormir ocho horas. No estoy acostumbrado.

17 marzo 2008

En síntesis

Las fallas no están mal, lo malo son los falleros. Y el resto de la gente.

15 marzo 2008

Fallos de racord

Finales apresurados. Principios autoindulgentes. La vida no es siempre cambio de canal, a veces algún fotograma se grabado en nuestra retina y persiste. Puedes pasarte la velada en fast-forward, buscando las escenas interesantes y saltando a otro canal cuando el clima decaiga. Pero tal vez entonces te vayas a dormir sin saber de qué iba la historia. Y se te llene el camerino de estrellas invitadas pero eches de menos papeles de peso en el reparto.

No sé si es por el humo, las luces, las lagunas o los estados de ánimo de gráfica senoidal, pero desde hace algun tiempo estoy decidido a evitar los fallos de racord en las historias en las que salgo, pese a que ello me obligue a protagonizar entreactos de relleno y largos planos secuencia.
Así, los finales serán consecuencia de los principios, y por una vez podré decir que la película de mi vida es cine de autor y no descartes y retales montados en mesa con estética videoclip.

Y en esas escenas de transición me encuentro, armado hasta los dientes con nuevos libros para leer, algunos amigos cuya atención creía ya no merecer, algunos proyectos ilusionantes y la escalofriante cifra de tres viernes noche seguidos sin salir (y sin haberme quedado encerrado en un ascensor), lo cual en otras épocas hubiera sido motivo de llamada a un médico o a un notario especializado en récords.

Podrán alegar que mis circunstancias no son muy emocionantes. Pero a mi me vale con pensar que la próxima escena, da igual cómo gire la cámara, yo sabré de donde he venido, porqué estoy allí, y tal vez mi guión me depare algo interesante que decir.

Acción.

12 marzo 2008

Do it yourself

Lo estás haciendo fatal, eso no va ahí. Va al otro lado.. No. Nooo. Al revés. Estás apretando eso antes de tiempo y luego no podrás encajar lo otro. Necesitas lo otro. ¿Donde has dejado lo otro?

Dejando de lado mi imposibilidad para caber en un paquete plano, a veces me siento como un mueble de IKEA que ha venido sin instrucciones.
Y al que falta ese diminuto y puñetero tornillo que acaba aguantándolo todo en pie.

08 marzo 2008

Infecciones oportunistas

Tengo las defensas bajas.

Orgulloso ciudadano de los Estados Carenciales, mi cuerpo es blanco habitual de las más oportunistas de todas las infecciones. Se instalan, y campan a sus anchas hasta que me abandonan, tal vez aburridas, en busca de retos más interesantes.
Los estados febriles son aconsejables para dos cosas. Son perfectos para encender la televisión y constatar en un par de horas que el noventainueve por ciento del planeta necesita unas vacaciones de sí mismo.
Tambien sirven para recordar. Recordar mucho y mal.
Ya lo ven, tengo las defensas bajas. Abierta la corteza, sólo pulpa expuesta.

03 marzo 2008

Botón de muestra

Voy a mudarme a vivir a mi casa, y voy a ser mi propio inquilino. Como lo oyen, este es sólo un botón de muestra de lo surrealista que es en ocasiones mi vida.

01 marzo 2008

Dos por uno

Señores: acuesten a sus niños, escondan la plata y bajen bien las persianas.
Porque esta noche, un servidor celebra su aniversario. Y también el del año pasado, que como todo lo demás quedó postergado. Y como comprenderán, no voy a tomar prisioneros.

Avisados están.

Y ahora qué

Disclaimer: Nunca me han llamado la atención las historias de gangsters. Ni pude ver sin dormirme ninguna de las entregas de El Padrino, por múy sacrílego que pueda sonar, hasta hace unos pocos meses, que me las ví casi de un tirón y lo disfruté como un enano. Una vez avisados, vamos allá:

"Lo que distingue a Los Soprano de cualquier otra serie, lo que la hace mejor y a la vez diferente de cualquier otro formato televisivo que haya visto es la enorme humanidad y complejidad presente en todos los personajes, llegando a profundizar en ellos hasta el punto de resultar totalmente conocidos por el espectador (en especial con Tony, el “alma” de la serie), a la vez que recrea una ambientación y una trama digna de la mejor película de gángsters mientras deja como reflexión subliminal cierta comprensión hacía estos asesinos despreciables pero carismáticos como pocos, sus familias, su forma de actuar y su cuanto menos contradictorio estilo de vida, aderezado con unos guiones sublimes que aportan tramas y momentos épicos, lo que en resumen produce una perfecta comunión que sin duda sitúa a Los Soprano a un nivel distinto al de cualquier otra serie."


(Extraido de Memorias del olvido)

Lo único que sé es que mientras el resto del planeta bebe, se divierte y socializa yo he degustado el últimísimo y soberbio episodio de la última temporada como quien descorcha la mejor botella de su bodega.
Y ahora quedo huerfano de estos personajes que me han acompañado durante todos estos meses turbulentos. ¿Qué haré ahora sin ellos? Y lo digo en serio. Salvando la (enorme) distancia puedo entender la pena del Bastian Baltasar Bux de La Historia Interminable, cuando lloraba sabiendo que al terminar un libro jamás volvería a saber de sus protagonistas.

Aunque es improbable que sus ídolos fuesen estos entrañables despiadados y encantadores sociópatas o sus sufridas señoras. Tampoco creo que sus patrones de conducta fuesen tan caóticos e imprevisibles, ni los desenlaces de sus historias tan ajenos a esa moralina que uno acaba presuponiendo a toda producción estadounidense.

Porque si algo se aprende con los chicos del Bada Bing es que tal vez dios no juega a los dados, pero seguramente hay largos ratos en las que se distrae y mira hacia otro lado.
Y que todos tenemos un monstruo adherido con velcro a nuestras espaldas esperando a que nos giremos para suplantarnos y tomar con decisión las decisiones equivocadas, las que terminan haciendonos daño.

Y sepan que no se me escapa lo potencialmente patético que pueda resultar este post, teniendo en cuenta la hora que es, lo que se aleja de la temática (si algo parecido a eso existe) de este blog y lo mucho que he cuestionado con sorna la vida propia de la gente que establecía relaciones adictivas con producciones del tipo Lost, Ally Mcbeal, Friends, etc...

Entiendan por tanto que el hecho de que me exponga a esa crítica es una prueba, no tanto de la calidad de la serie, si no al menos de lo convencido que estoy de ella.

Y a cualquiera que piense lo contrario, estoy dispuesto a enviarle a alguno de mis primos, seguramente reciban una oferta que no podrán rechazar.
Salute.