30 septiembre 2008
Puño en alto
"¡Usted! ¡Sí, usted, cenutrio cincuentón arrebujado en traje de sastre que piensa que el mundo tiene que darles la gracias por existir, que en compañía de su altiva y siliconada partenaire, - dedicada en cuerpo y alma a gastarse sus ingresos con un talento comparable al que usted exhibe en ganarlos- pilota indolente su mercedes con una mano en zona escolar mientras que blande en la otra un reluciente teléfono móvil plateado: Respeteme los pasos de cebra, o la vamos a tener muy gorda!"
Lamentablemente, pese a los cuantiosos detalles, el conductor no se dió por aludido y aceleró fulgurante, y yo quedé, puño en alto, enardecido, en mitad del paso de peatones.
Para ocasiones como esta, queridos amigos, en adelante utilizaremos el giro informal "hijo de puta", todo un ejemplo síntesis y comunicación eficiente.
24 septiembre 2008
Hoy lluevo
Ocho de cada diez habitantes del país hubiesen preferido prolongar el verano dos semanas más.
Pero esto no va de ellos. Ni siquiera de los dos disidentes ni de sus misteriosos motivos para dinamitar la unanimidad.
Esto va de gotas golpeando el cristal, y luego resbalando hacia abajo en zig zag con criterios ininteligibles. De frentes fríos, inestabilidades y de nubosidad variable.
De caprichosas trazas de vapor de agua contradiciendo el deseo general.
Y de el hecho tan obvio como cómunmente olvidado de que en meteorología, al igual que pasa en fútbol, en amor, en bailes de salón y en bandas de rock, las democracias no suelen dar muy buenos resultados.
16 septiembre 2008
Market wars
A nadie le parece más atractiva la comida envasada al vacío en bandejas de poliexpan con cobertura polivinílica transparente y pertinente etiquetado informando de peso, precio, valor nutricional y rúbrica codibarrada.
Y no es más práctico, se hace mala antes. El tema es que a muchos nos da pereza/verguenza explicarle a un dependiente lo que queremos (si es que lo sabemos) y cuánto de cada cosa. Más especialmente si nos dan a elegir de entre distintas opciones. Lamentablemente, nos resulta más llevadera la acción mecánica de llenar la cesta con bandejitas, nos hace menos evidente el hecho de que no tenemos ni idea de lo que nos llevamos a la boca.
En este golazo silencioso que la tecnología mete a diario al contacto humano y a la calidad de nuestra dieta participan también los que se las dan de entendidos y ensalzan la cocina de mercando porque un sábado de hace tres semanas se compraron cuatro tomates raf en la verdulería del barrio.Otra cosa es que no lo admitan.
¿Y cual es la solución? Pues para mucha gente no la hay, y por horario laboral se ve abocada a la dictadura del ultracongelado. Pero los que podemos elegir tenemos que enrolarnos en la resistencia.
Yo por mi parte, como activista novato, estoy plasmando mi protesta con una serie de acciones de guerrilla de hipermercado: intercambio de etiquetas entre bandejas de pollo y cordero, infiltración de comandos de aguacates y papayas en las neveras de cárnicos envasados, alteración aleatoria de códigos de barras con bolígrafo Bic negro...
Si algún día me capturan, este texto es mi legado.
05 septiembre 2008
After years of waiting nothing came
Y los teléfonos se hicieron más pequeños, y las llamadas más baratas, y alguien observó que cada vez se decían menos cosas importantes en ellas, así que los operadores telefónicos promovieron sin éxito las conversaciones trascendentales.
La gente tenía demasiadas otras cosas en las que pensar.
Las pantallas de televisión se hacían más grandes, así como el número de programas que criticar.La distancias más cortas y los billetes más asequibles. Y los asientos más estrechos y el hilo musical un poco más estridente.
Y la prisa tiñó tanto los calendarios, y murió ahogado el último de los viajeros, intentando escapar de una clase vespertina de aquagym en la piscina del complejo hotelero en donde lo habían confundido con un turista.
Y se inventó un radio despertador que hacía levantarse de un buen humor tan insoportable que el resto de la gente corría el riesgo de padecer una depresión si no lo compraba también.
Y al directivo de la multinacional de automoción que en un inaudito ataque de lucidez propuso dejar de llamar ecológico a un coche que simplemente contaminaba un poco menos lo jubilaron anticipadamente. Cuando en un viaje del Inserso-para-directivos descubrió que los chinos de China de no comían cerdo agridulce ni bolas de pollo frito decidió abrir una cadena restaurantes orientales en todo el país, con un éxito empresarial sin precedentes.
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