16 junio 2008
Cuando la leche ya no huele a leche
Vivimos sobreprotegidos. El sirope de fresa ha de salir rojo de su envase. Y si no lo hace, o huele distinto, nos ponemos muy nerviosos.
Rechazamos la incertidumbre, la posibilidad de que algo evolucione por su cuenta y no nos salga como la foto del envase.
Los padres de nuestros abuelos podrían enseñarnos mucho; A no echar de menos lo que nunca hemos tenido, y tambien a tener siempre algo aunque ya no parezca quedar nada.
Brindo por ellos. Y por ese regimiento de románticos que aún se come los yogures caducados de la vida.
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