29 diciembre 2005
Y a veces...
...las cosas se tuercen.
Y te duelen músculos que antes no tenías. Y te hartas de oirte pensar.
Y aunque lleve horas parada, la lavadora sigue centrifugando dentro en tu cabeza.
Durante mucho años, la única nieve que conocí era la del televisor, la que se tragó a Caroline en Poltergeist.
Cómo esas cosas no van a marcarle a uno.
Quizás sólo estoy incubando alguna nueva cepa de la gripe.
No puedo dejar de pensarlo: la gente Altamente Eficiente nunca incuba enfermedades. Producen en la cama. Trabajan hasta en sueños. Proyectan y planifican incluso en sus convalecencias más febriles.
Las Inamovibles Leyes del Blog Como Dios Manda recomiendan que se termine la entrada con una Conclusión Provechosa, un Comentario Inesperado o una Pregunta que Incite a Comentar.
Hoy me las saltaré, sean comprensivos.
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