30 diciembre 2005
Do it yourself and die
Tras pasarme varios días de estas navidades encaramado a un andamio decapando con una sierra radial dotada de un cepillo de cerdas metálicas las vigas de madera de la nueva casa, comiendo, sorbiendo y respirando ingentes cantidades de serrín, polvo y diminutos esqueletos fosilizados de ácaros del pleistonceno, concluyo que:
Punto 1.- Es un innegable revulsivo para el espiritu del ser humano el placer del trabajo hecho por uno mismo.
Punto 2.- Si por circunstancias de la vida tuviste la oportunidad de comprobar por tí mismo el punto uno, olvidate de machadas y contrata a personal especializado. Paga y descansa.
Tengo 24 horas para recuperarme...
29 diciembre 2005
Y a veces...
...las cosas se tuercen.
Y te duelen músculos que antes no tenías. Y te hartas de oirte pensar.
Y aunque lleve horas parada, la lavadora sigue centrifugando dentro en tu cabeza.
Durante mucho años, la única nieve que conocí era la del televisor, la que se tragó a Caroline en Poltergeist.
Cómo esas cosas no van a marcarle a uno.
Quizás sólo estoy incubando alguna nueva cepa de la gripe.
No puedo dejar de pensarlo: la gente Altamente Eficiente nunca incuba enfermedades. Producen en la cama. Trabajan hasta en sueños. Proyectan y planifican incluso en sus convalecencias más febriles.
Las Inamovibles Leyes del Blog Como Dios Manda recomiendan que se termine la entrada con una Conclusión Provechosa, un Comentario Inesperado o una Pregunta que Incite a Comentar.
Hoy me las saltaré, sean comprensivos.
26 diciembre 2005
Pab, corresponsal de guerra
Lamento mis recientes ausencias.
Las vacaciones, las reformas, y la llegada de un nuevo gato a casa me estan absorbiendo totalmente. Sonará a trivialidad, pero lo de mi casa es el conflicto palestino a escala liliputiense. Uno menudo y guerrillero, defendiendo sus antiguos dominios. El recién llegado, grande y resabiado, pero con más sueño que otra cosa.... Bueno, tal vez el símil de los territorios ocupados no refleje totalmente la complejidad del conflicto.
En fin, estoy seguro que, en el fondo, Wilbur y Pancho os desean a todos un feliz año.
Seguiré informando.
08 diciembre 2005
El sumiller del patetismo
La campana del extractor seguía haciendo su ruido monótono y repetitivo, un mantra futil y automático. El sonido de la estupidez. La estupidez del que aspira cuando ya no hay nada que aspirar. Valoró el esfuerzo que le costaría levantarse del sofá y acercarse al interruptor. Observó con el rabillo del ojo el cigarro ya consumido que agonizaba entre sus dedos. Sabía que los dos centímetros de ceniza caerían si se movía bruscamente. Buscó con la mirada el cenicero y lo encontró en la mesita que estaba a sus pies. Valoró el esfuerzo que le costaría incorporarse delicadamente y descargar el cigarro en el cenicero. Decidió acostumbrarse al sonido del extractor. Podría ser peor. El televisor podría estar encendido. Encontró el mando del televisor en su mano izquierda. Encontró el botón naranja bajo su dedo pulgar. Lo presionó. Seis personas hablaban al unísono en una tertulia desquiciada, de forma que era imposible seguir uno sólo de los discursos. Subió el volumen. Comprobó que estaba en lo cierto: era mucho peor. Paladeó el momento. Cerró los ojos y esbozó una sonrisa. Aquella iba a ser una gran noche.