05 abril 2005
Ley de pab (II)
Iba en la moto dirigiendome al último lugar donde lo vi.
Y de camino me lo he encontrado, a cinco manzanas de allí. Aparcado sobre una acera, tan verde, sucio y ajeno a todo como siempre. Sin ninguna marca, daño ni cerradura forzada. Diría "estado perfecto" si su estado previo a la desaparición hubiese sido ese.
No tengo ni idea del origen de la fuerza sobrenatural que lo cambió de sitio. Tampoco he perdido demasiado tiempo preguntandomelo.
La policía nacional me ha comentado que en ocasiones la municipal mueve coches de sitio y ni siquiera lo hace constar en los registros de la grúa.
He pasado una hora esta tarde anulando la denuncia de robo que puse hace cuarenta y ocho horas.
Corolario a la ley de pab, una ley más general todavía:
Las cosas que a veces me pasan, le pasan a muy poca gente. Es un dudoso talento que tengo. Nada que deba ser envidiado.
La agente que anuló mi denuncia no lo sabía, y por eso estaba sorprendida.
Yo a estas alturas ya empiezo a conocerme.
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