11 abril 2005
Be Free. Stay Connected. Talk. Smile. Pay.
Ya nadie se pelea por mi alma ni me intenta convencer de que su camino es el correcto. Las religiones han muerto, o tal vez captan clientela en otras partes del mundo.
Lo más parecido tal vez son los operadores telefónicos.
Tarde o tempreno, lo pierdo todo. Eso en ocasiones te convierte en experto en cosas de las que no desearías saber.
Mi último percance con el teléfono me ha hecho aprenderme el término "portabilidad", y me ha descubierto la encarnizada guerra que las operadoras mantienen sobre nuestras cabezas por poner sus loguitos en nuestras facturas mensuales (y en nuestro culo, cuando llevamos el móvil en el bolsillo trasero del pantalón).
Y la verdad es que me pongo de mal humor porque yo no deseo saber que existen, ni quiero entrar de cabeza con tirabuzón y salto mortal en una nueva era de las comunicaciones con videotertulias y emoticones multimedia con sonido sunsuraun.
Necesito no dedicarles ni un euro ni un minuto. Pero ya estoy en sus bases de datos como cliente objetivo. Maldita la gracia, supongo que hay gente que disfruta con esto.
Me da repelús hablar con ordenadores con voz de chica real. Me incomoda aún más hablar con una chica real con voz de ordenador.
Esta mañana incluso me ha llamado una, no podría decir a cual de los dos grupos pertenecía.
Y he pensado que tenía que escribir sobre ello, a modo de exorcismo.
Lamento que seais vosotros los que pagueis el pato.
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