29 abril 2005
Lo soledad del ciclista (y II)
Deprimido por su ineptitud y avegonzado ante las perspectiva de haber causado el mismo malestar en miles de personas, quiso alejarse lo más posible de ellos.
Gastó el dinero que le sobraba en viajar a la playa más remota conocida.
Se acercó a la orilla y quedó largo rato sentado mirando a las olas con un su libro entre los pies.
Finalmente, lo lanzó al agua, lo cual provocó una breve columna de agua que se burló de él durante un segundo para volver a fundirse con la superficie.
Se daba la vuelta para marcharse cuando de pronto escucho varios chapoteos en el agua.
A unas decenas de metros varios objetos se habian hundido y apenas alcanzó a ver la espuma que los delataba.
Fue entonces cuando reparó en el grupo de personas que estaban sentadas frente a la orilla, mirando al mismo sitio, sin inmutarse.
Se acercó a ellos , hombres y mujeres de todas las edades, y reconoció como propia la mirada perdida que todos compartían.
Observó sus moratones, y sus rodillas despellejadas, y de pronto lo comprendió todo.
No sabía qué cara ponerles ni qué decir, así que se sentó con ellos a mirar el mar.
Y agradeció que la editorial no hubiera puesto su foto en la contraportada.
La soledad del ciclista
La necesidad era tan obvia que nadie la había advertido antes. En ello residió la clave de su éxito.
Tras un año y seis ediciones, su "Manual para aprender en ir en bicicleta" había sido un éxito de ventas, demostrando así la existencia de una enorme minoría silenciosa de adultos incapaces de mantenerse en equilibrio sobre dos ruedas.
Una enorme minoría temerosa de las burlas de los posibles testigos de sus zigzagueantes intentos.
Nada más recibir el primer talón de la editorial, el autor fue corriendo a una casa de bicicletas a comprarse una.
Escogió una preciosa bicicleta alemana de paseo, negra y repleta de accesorios. La llevó a un callejón apartado y se dispuso a cabalgarla por primera vez.
Estaba ansioso por probar la eficacia de sus propios consejos.
Ninguno de ellos funcionó, y tras catorce caídas se fue a casa con su libro bajo el brazo, las rodillas despellejadas y el ánimo por los suelos.
27 abril 2005
Fallido intento de
Es como cuando intentas ponerte una chaqueta, y tras introducir el brazo en una manga, la otra queda oculta y por más que buscas a tientas no la encuentras.
Así es más o menos como me siento últimamente, pero veinticuatro horas al día.
26 abril 2005
La tele puesta
Sonaba mejor cuanto lo planeaba.
Las paredes siempre me escurren a los mismos rincones, y termino sentado junto a tu ropa arrugada.
Me sobran palabras hartas de ser repetidas, así que pensé dedicar horas o incluso minutos a pensar en qué me falta. Decidí olvidar el alfabeto, arrancarme algunas hojas y quemarlas.
Sonaba mejor cuando lo planeaba, me sobró tiempo y me faltaron ganas.
Cervezas abiertas y desventadas, más mierda en la televisión y algunas uñas cortadas.
Me acostaré tarde y sin excusa. Mejor dejarlo para mañana.
Soñar con la tele puesta. Dormir en el centro de la cama.
25 abril 2005
Blanco movil
No vas a evitar que te escueza, y no vas a saber de donde vienen las balas. Así que lo mismo te da quedarte parado que correr como un poseso.
Las cosas funcionan así. Hay gente que siempre sabe por dónde van los tiros, y luego estamos los que llevamos una diana pintada en la espalda.
22 abril 2005
Tarde o temprano
Un día alguien filmará el spot publicitario perfecto y mil millones de chinos se convencerán al mismo tiempo de que necesitan el mismo sofá con vibromasaje y fundas lavables.
Entonces saldrán de sus casas corriendo para comprarlo. Y la fuerza combinada de mil millones de portazos perfectamente sincronizados arrasará con el planeta.
Indigesto
Supongo que toda teoría vital se resume en lo que exponía Woody Allen al principio de Annie Hall:
Hay sitios donde la comida es horrible, y además las raciones son muy pequeñas.
Con la vida a veces uno piensa lo mismo: es una mierda, y es demasiado corta.
Podría ponerme a buscar la analogía metafísica de "ponerle ketchup a todo","quedarse sin postre" y "apartarse las espinas", pero algo en la comida me ha sentado mal y no estoy muy por la labor...
¿Para cuando un almax para la pesadez mental?
20 abril 2005
Pensamiento absurdo de hoy
A través de alguna soterrada y absurda correlación de ideas me he acordado mientras descargaba el correo de la más que cuantiosa colección de canicas con la que jugaba de pequeño en los primeros cursos de básica.
No era desde luego la más grande de mi clase; mi característica ineptitud para cualquier tipo de deporte comenzaba a florecer (años más tarde llegaría a su esplendor adolescente).
Y dado que lo que se solía apostar eran las propias canicas, lo más normal es que la colección de canicas de un jugador normalito fuera eso: normalita.
El caso es que había niños que entre bolonchos, chinas y demás categorías debían atesorar más de cincuenta cuentas de vidrio, que llenaban sus bolsillos cuando correteaban con ese característico sonido. Cri cri cri...
Y digo yo... ¿qué ha sido de ellas? No me refiero a la costumbre de jugar con ellas, este no es un post nostálgico de "en mis tiempos..." o de "Los niños de ahora...".
Me refiero a las canicas en sí, las que yo gané, las que me ganaron otros niños.
Aunque asumamos una sóla canica por niño... salen millones.
Una rápida consulta al Google me revela que siguen existiendo en españa empresas en activo dedicadas a su fabricación. ¿Que hace uno cuando crece?¿Las regala?¿Las tira?¿Llena tarros de vidrio con ellas?
Comienzo a leer correos con la convicción de que el suelo que pisamos está asentado sobre un mar de canicas perdidas esperando ser descubierto. Todo un estrato geológico compuesto íntegramente de perfectas esferas multicolor.
La idea no me desagrada.
19 abril 2005
Todo vale
Algunos seguirían a pies juntillas lo que pone en el horóscopo con tal de tener alguna certeza con la que reconfortarse.
O tal vez abrirían y cerrarían la mano cientos de veces hasta conseguir que las líneas de las palmas se parecieran a lo que las pitonisas buscan en ellas.
Hay quien rompe una relación esperando encontrarse sólo y desesperado para así poder volver, aliviado, a su decepcionante vida en pareja.
Hay quien cada día piensa una cosa distinta, y busca ese pensamiento en los títulos de los libros de autoayuda. O en las letras de las canciones. O en los folletos de las macrotiendas de electrónica de consumo.
Todo vale. Invéntate una enfermedad. Invéntate una cura.
18 abril 2005
Sin voz
Me he quedado sin voz. Hace unas horas su sonido era ronco, casi robótico.
Ahora hablo y no se oye nada, lo cual es un alivio.
Enmudecido me he dado cuenta de lo harto que estaba de oírme.
14 abril 2005
Freud y la burbuja inmobiliaria
Esta noche he soñado que descubría dos habitaciones vacías en mi casa, junto a la puerta de la entrada, en las que nunca había reparado antes.
Con esa naturalidad ante un suceso extraño de la que uno sólo puede hacer gala en los sueños, me ponía a pensar qué uso darles, que muebles poner en ellas.
Y no se me ocurría nada.
No sé si acudir a psicoanálisis o achacarlo a la presión informativa sobre los micropisos de treinta metros cuadrados.
12 abril 2005
Incorregible
Tengo problemas de actitud. O al menos hay quien lo piensa. Que soy incorregible, y que lo seré hasta el día que me muera.
Yo creo que lo seré hasta mucho después, normalmente nuestras actitudes viven bastantes más años que nosotros.
En quien nos conoció, en la gente que queda,
11 abril 2005
Be Free. Stay Connected. Talk. Smile. Pay.
Ya nadie se pelea por mi alma ni me intenta convencer de que su camino es el correcto. Las religiones han muerto, o tal vez captan clientela en otras partes del mundo.
Lo más parecido tal vez son los operadores telefónicos.
Tarde o tempreno, lo pierdo todo. Eso en ocasiones te convierte en experto en cosas de las que no desearías saber.
Mi último percance con el teléfono me ha hecho aprenderme el término "portabilidad", y me ha descubierto la encarnizada guerra que las operadoras mantienen sobre nuestras cabezas por poner sus loguitos en nuestras facturas mensuales (y en nuestro culo, cuando llevamos el móvil en el bolsillo trasero del pantalón).
Y la verdad es que me pongo de mal humor porque yo no deseo saber que existen, ni quiero entrar de cabeza con tirabuzón y salto mortal en una nueva era de las comunicaciones con videotertulias y emoticones multimedia con sonido sunsuraun.
Necesito no dedicarles ni un euro ni un minuto. Pero ya estoy en sus bases de datos como cliente objetivo. Maldita la gracia, supongo que hay gente que disfruta con esto.
Me da repelús hablar con ordenadores con voz de chica real. Me incomoda aún más hablar con una chica real con voz de ordenador.
Esta mañana incluso me ha llamado una, no podría decir a cual de los dos grupos pertenecía.
Y he pensado que tenía que escribir sobre ello, a modo de exorcismo.
Lamento que seais vosotros los que pagueis el pato.
07 abril 2005
Los fallos en la base
Los fallos en la base pueden provocar que algo termine destruyendose por su propio peso si no se lo apuntala debidamente.
También pueden convertirlo en una rareza inclinada, supervivencia inaudita como la que hizo famosa a la torre de Pisa.
Todos conocemos a parejas con fallos en la base, y todo alguna vez nos hemos maravillado de que alguien pueda quedarse a vivir en un suelo inclinado en ángulo inestable.
Nadie quiere una relación con fallos en la base, pero eso es algo que no se elige.
En realidad elegimos muy pocas cosas.
05 abril 2005
Ley de pab (II)
Iba en la moto dirigiendome al último lugar donde lo vi.
Y de camino me lo he encontrado, a cinco manzanas de allí. Aparcado sobre una acera, tan verde, sucio y ajeno a todo como siempre. Sin ninguna marca, daño ni cerradura forzada. Diría "estado perfecto" si su estado previo a la desaparición hubiese sido ese.
No tengo ni idea del origen de la fuerza sobrenatural que lo cambió de sitio. Tampoco he perdido demasiado tiempo preguntandomelo.
La policía nacional me ha comentado que en ocasiones la municipal mueve coches de sitio y ni siquiera lo hace constar en los registros de la grúa.
He pasado una hora esta tarde anulando la denuncia de robo que puse hace cuarenta y ocho horas.
Corolario a la ley de pab, una ley más general todavía:
Las cosas que a veces me pasan, le pasan a muy poca gente. Es un dudoso talento que tengo. Nada que deba ser envidiado.
La agente que anuló mi denuncia no lo sabía, y por eso estaba sorprendida.
Yo a estas alturas ya empiezo a conocerme.
Ley de pab
Si tienes un coche viejo y medio estropeado, es obvio que te lo abrirán con frecuencia, aunque no sea más que para fumarse un cigarro dentro y decorar la acera con trocitos de cristal.
Si te endeudas hasta las cejas para repararlo y conseguir que pase por un coche normal, es evidente que un par de semanas después irás a cogerlo... y no estará porque alguien se lo habrá llevado.
Ley de pab. Una constante inmutable en mi universo reciente.
Comienzo a tener la certeza de que un preparadísimo equipo de especialistas en todas las disciplinas del hurto, sabotaje y acoso psicológico tiene por objetivo hacerme la vida imposible los últimos meses.
Tanta fatalidad casual seguida no puede ser coincidencia.
Así que animo desde aquí a toda persona que tenga algo contra mí, que si desea hacerme algo malo, aproveche para hacerlo ahora que el barco apenas flota y un leve empujón lo llevará al fondo.
Ya que no puedo evitar mi fatalidad, por lo menos haré que el mérito de ella no se lo lleve una sola persona.
Termino el post, no sea que se rompa algo y me hagan pagarlo...