30 abril 2012
Nación de durmientes afines
Empiezo a pensar que la insistencia de mi organismo por rendirse al sueño tres horas más tarde que el resto del vecindario ha de responder a un deseo primario, un instinto reptiliano y ancestral como el que impulsa los ciclos migratorios o los periodos de hibernación.
No es que me moleste demasiado velar el sueño del barrio ni escuchar el traqueteo de la lluvia en sus tejados, pero es evidente que como buen urbanita aburguesado que soy no estoy interpretando las pistas que mi cuerpo somatiza.
Así que velo los tejados y el sueño de sus propietarios e hipotetizo. Mi hipótesis es que los ciclos de mi sueño están donde tienen que estar y soy yo el que sufre este desfase al no estar en el lugar del mundo adecuado en el que serían totalmente normales.
No puedo saber la latitud de esa nación de durmientes afines pero sí la hora por la que se rigen. Busco un mapa de usos horarios para ver que tengo tres horas a la izquierda y evaluar mis posibles destinos. En la franja escogida por mi cuerpo hay casquetes polares, mucho océano, y también está Brasil.
3 comentarios:
Por tanto, deberíamos centrar la búsqueda, dentro de esos husos horarios, en el hemisferio norte, en algún lugar entre el Polo norte y el sur del Canadá (y empezar a buscar ropa de abrigo).
Mks.
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