05 noviembre 2011

Revisita

Nadie me contó que la vida es curva y a veces tanto que gira sobre sí misma y se revisita, como convencida de que hay partes que aún merecen ser vividas de nuevo. Tal vez porque la última vez no te sabías tus frases, o la falta de tablas te hacía declamarlas sin convencimiento.
Recuerdo cuando caminaba tan concentrado en eso de crecer y ascender en línea recta que no advertía que la rampa no tenía barandillas y estaba construída con ladrillos de expectativas cimentadas con una ingenuidad bastante aluminosa.
Eran tiempos de hipoteca y pantalones planchados, circulaba por mi carril y escogía los grifos del baño.
Ahora, en uno de esos quiebros a los que acostumbro, revisito escenas pasadas. Y precinto de nuevo cajas mientras planeo otra mudanza más que ya ni siquiera finge ser la última que haré en mucho tiempo.
Planeo vivir con menos, al menos por un tiempo, pero abrazo cada renuncia porque en cada quiebro el lastre que suelto deja espacio para cosas que abandoné con muy mal criterio, y que han estado esperando a que recordara cuánto las echaba de menos.
Creo que pocos objetos saben tanto de paciencia y demuestran luego tanta  gratitud como una guitarra en su estuche que espera volver a ser tocada. Y supongo que ciertas cabezotas nunca nacieron para ser sentadas.
Así que vuelven los viejos vaqueros con los que me puedo sentar en las aceras. Y dejo otra casa.
Y vuelvo a tocar en una banda.

4 comentarios:

Awake at last dijo...
Suena a que estás caminando con menos gravedad: tus pies bailan, las cosas flotan y las sonrisas vuelan.

Felicidades, has (re)encontrado tu sitio.

Mks.
neko dijo...
Genial! nos sobran tantos abalorios alrededor que a veces es imposible incluso que uno se vea reflejado en el espejo.

Yo te leo mientras toco la guitarra, de momento no he caido en abandonarla, y espero no hacerlo
sesamina dijo...
cuando se renuncia a cosas materiales, queda espacio para abrazar lo intangible que no se ve pero es realmente lo que nos hace ser.
creo que siempre estamos empezando algo nuevo, re-novando expectativas, ilusiones y dudas. Nunca hay una última mudanza del ánimo. Nace cada día.
Un abrazo
Vane
pab dijo...
Nunca hay una última mudanza del ánimo. Nace cada día.

Qué cierto.