10 junio 2010

Steven

La coleta de Steve está hecha un desastre. El escueto y negro el mechón de pelo engominado que antes presidía la retaguardia de esa enorme y angulosa cabeza cuelga ahora deshilachado. Su pelo está opaco y carente de brillo, como el pelaje de los gatos viejos y desahuciados que, sabiendose a punto de morir, dejan de asearselo a diario.
Su presencia corpulenta se ha transformado en una robustez oronda. Los trajes de raso con cuello Mao  que siempre le dió por llevar le confieren ahora un aspecto cómico, como de señora mayor arreglada para el bingo.

Debe ser bastante duro ser una estrella de cine de acción y envejecer no sabiendo ser otra cosa.
Yo que no soy muy asiduo al género siempre me pasmo cuando mi tele autonómica, fiel a su línea de estilo, me obsequia en un zapping fugaz con el último aspecto de los divos de la patada voladora, se apelliden Norris, Chan o Van Damme.
Dejando de lado lo preocupante de la falta de relevo generacional en este género (empieza a parecerme cruel que los hagan correr y saltar a esas edades) no puedo evitar empatizar y compadecer a esta gente que en lugar de desear tener veinte años menos decide tenerlos pero no hacerles caso.
Hay cierta elegancia quijotesca en esa actitud que me trae a la mente a las divas ajadas, a  Liz Taylor, a Bette Davis o a la misma Sara Montiel, sin ir más lejos. Una suerte de indolente y patético glamour entre trozos de cristal suspendidos en el aire a cámara lenta, algo que sin advertilo se han encontrado después de muchos años de no buscarlo.

3 comentarios:

anna g. dijo...
Lo que desconozco es si continúa casado con Kelly Le Brock, la eterna "mujer de rojo". Seguro que a ella los años la han tratado mejor. Saludos :)
pab dijo...
Pues según leo en Hollywood la vetaron por haber cogido peso con los años, lo cual demuestra que Kelly Le Brock es humana...y Hollywood no.
neko dijo...
se pertenezca al mundo que se pertenezca hay que saber envejecer con un mínimo de dignidad, una lástima que algunos mundos no sepan que para bien o para mal la vejez es el final de todos.