23 enero 2009

Vaticinio en auxilio

Sé que ahora te parece lejano, pero el día que inventen el tejido perfecto, el que nos quite también el frío de por dentro, dejaremos de arrimarnos a la caldera y maldecir al frente de precipitaciones.
En ese día mil doscientas canciones perfectas retornarán de su exilio, recobrarán su significado. Y reclamando el terreno usurpado, dibujarán a nuestro alrededor redondas hectáreas de terreno soleado.
Entonces jugaremos a pasar de una a otra de un salto, y cuando nos sienten la risa y la falta de aliento, te diré ¿Ves? hasta lo malo siempre acaba, al final no fue para tanto.

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