15 octubre 2008

Destructores totales

Tengo la teoría de que,  antes de provocar un el consabido holocausto animal de proporciones bíblicas, el dichoso meteorito que acabó con el reinado de los dinosaurios  dió de lleno en la cabeza de un pobre estegosaurio que andaba por allí buscando algún matorral que llevarse a la boca.


Y si bien su suerte no fue ni mejor ni peor que la de sus congéneres, estoy seguro de que una décima de segundo antes del impacto levantó su largo cuello, miró al cielo y tuvo tiempo de pensar algo así como: "¡Coño!¿Con lo grande que es el mundo y me tiene que caer a m...?"

Y hoy tengo también la firme convición de que ese bicho era un ancestro mío. Sin duda.


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