13 septiembre 2006
Cambio de nacionalidad
Alimentaron nuestros sueños futuristas, y poco a poco a golpe de rutina nos los están desmantelando.
Nos robaron los aviones de pasajeros supersónicos, las mochilas cohete y el pollo asado en formato tubo de dentrífico.
Ahora nos niegan las vacaciones en Plutón.
Dado que plutón ha sido descabalgado de estatus de planeta, me figuro que ahora será una pedanía estelar dependiente del ayuntamiento de otro mundo un poco más respetable y visible en los mapas. Y toda una civilización de plutonitas convertidos en forzosos apátridas sin comerlo ni beberlo han visto su ciudadanía transformada en una suerte de indigencia estelar.
Porque no es lo mismo habitar un planeta que pulular por el espacio encaramado a un asteroide. No quiero ni pensar en lo horrorosa que debe haber sido la inversión de aquellos plutonitas hipotecados por varios eones en el afán de poseer un pisito en su tierra natal. Ahora son dueños de un zulo en un asteroide-dormitorio. Un astro de periferia.
En cualquier caso, no hemos de entristecernos. En ocasiones los contratiempos vienen acompañados de oportunidades. El hecho de que plutón deje de estar en los libros de texto convierte a esta piedra grande en el sitio ideal para exiliarse de todo. El refugio perfecto cuando no quieres pertenecer a ningún sitio.
Como cuando lees las noticias, y deseas no pertenecer a ningún país, religión, partido o facción. Ni siquiera al mismísimo género humano.
Para esos casos, siempre nos quedará el pasaporte plutonita.
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