22 mayo 2006

Y yo lo que quiero es el dinero

Y el del banco me ha dicho que restando la base deducible de la base imponible y elevandolo todo ello a la enésima potencia queda bien clarito que el estado me debe mil tropecientos euros que realmente eran míos pero que me los fueron quitando del sueldo poco a poco el último año, los muy ladinos. Pero como claro está, tengo contraida una deuda con la entidad, la retribución recircula y cambia de manos electrónicamente de manera fabulosa para (en interés del interesado) restar intereses pagaderos futuribles incrementando la rentabilidad de los emolumentos.

En otras palabras, lo que ha ocurrido es que un tren lleno de dinero ha pasado delante de mis narices y al parecer no tenía parada en mi hucha.

Y yo lo que quiero es el dinero, para irme este veranito de vacaciones y tomar el sol y criar legañas, que buena falta me hace.

Al menos ahora sé que la sirena de un coche zeta la he pagado yo. Y la manguera de un bombero. Y el postre de un ministro. Y el pienso de la cabra de la legión.

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