29 marzo 2005

Horas de sol extraviadas

La gente volvió y yo no pude llegarme a ir.
Desterrado a lo habitual de los paisajes, observando a la gente marcharse a lo lejos.
No tiene demasiado sentido pensar donde fueron a parar las vacaciones.
Ahora que todos volvieron, uno se siente como el que ha pasado la noche en vela y escucha a la ciudad despertarse de nuevo.
Sólo algo tengo claro, exigiré mi compensación: mis horas de sol extraviadas.
O tal vez no las exija. Tal vez simplemente las robe y me escape con ellas.

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