17 noviembre 2011

No sé qué hacer con las macetas

Las plantas están hechas para vivir arraigadas y yo no sé que hacer con las macetas. Vivo sin estantes haciendo malabares manteniendo las cosas en el aire y volviéndolas a lanzar cuando noto que caen. Me preocupa no mirar abajo absorto en mi acrobacia y tropezar con alguna de ellas. O lo que sería aún peor, olvidarme de regarlas.

05 noviembre 2011

Revisita

Nadie me contó que la vida es curva y a veces tanto que gira sobre sí misma y se revisita, como convencida de que hay partes que aún merecen ser vividas de nuevo. Tal vez porque la última vez no te sabías tus frases, o la falta de tablas te hacía declamarlas sin convencimiento.
Recuerdo cuando caminaba tan concentrado en eso de crecer y ascender en línea recta que no advertía que la rampa no tenía barandillas y estaba construída con ladrillos de expectativas cimentadas con una ingenuidad bastante aluminosa.
Eran tiempos de hipoteca y pantalones planchados, circulaba por mi carril y escogía los grifos del baño.
Ahora, en uno de esos quiebros a los que acostumbro, revisito escenas pasadas. Y precinto de nuevo cajas mientras planeo otra mudanza más que ya ni siquiera finge ser la última que haré en mucho tiempo.
Planeo vivir con menos, al menos por un tiempo, pero abrazo cada renuncia porque en cada quiebro el lastre que suelto deja espacio para cosas que abandoné con muy mal criterio, y que han estado esperando a que recordara cuánto las echaba de menos.
Creo que pocos objetos saben tanto de paciencia y demuestran luego tanta  gratitud como una guitarra en su estuche que espera volver a ser tocada. Y supongo que ciertas cabezotas nunca nacieron para ser sentadas.
Así que vuelven los viejos vaqueros con los que me puedo sentar en las aceras. Y dejo otra casa.
Y vuelvo a tocar en una banda.