31 marzo 2011
Memoria, olvido y todo lo demás
Algunas ideas entran en la cabeza sin ser invitadas y una vez instaladas se hace muy complicado mandarlas fuera y nos toca convivir con ellas por mal que nos venga no poder deportarlas.
Algunos recuerdos importantes se pueden colar de polizones en el aire que exhalamos cuando nos quedamos traspuestos y se nos marchan del cuerpo, a buscar fortuna en otras memorias más cuidadosas con el control de los visados y del censo, dejándonos con la certeza de que ya no están y con sólo la vaga impresión de que fueran lo que fueran, valían la pena.
Podría decirse que nuestra cabeza lleva un pésimo control de fronteras.
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