27 octubre 2010
Pájaros parados en el aire
El dia que ella dijo que tenía bastante los pájaros quedaron parados en aire, y algo más negro y viejo de lo acostumbrado se le quedó a vivir adentro. Salió de casa poco abrigado, y esquivando transeúntes buscó algún lugar en las afueras donde donde sentarse a esperar que el sonido de mar falsificado de la rodadura del tráfico lejano fuese arrullando a ese inquilino desconocido que vivía en su pecho realquilado.
Y una vez consiguió dejarlo dormido, no pudo más que quedarse despierto, mirando y escuchando, apurando esas horas raras en las que sólo él habitaba su cuerpo.
21 octubre 2010
Sujeto negativo pleno
No les entiendo -dijo visiblemente incómodo-, y no entiendo porqué me han abordado y me han sentado en esta mesa. ¿Me están diciendo ustedes que les intereso porque les doy dolor de tripa?
Sus trajeados interlocutores sonrieron condescendientes como quien escucha la pregunta ingenua de un niño. Se intercambiaron una mirada cómplice que pareció servir para designar un interlocutor.
Me temo que efectivamente no nos ha entendido, caballero -respondió el menos alto-. Pero no le culpamos por ello, ya que no le pagamos por entendernos. Le pagaremos por otros motivos, pero le explicaremos eso a su debido tiempo. Desgraciadamente, con tanta premura es difícil que usted pueda entender el alcance y los detalles de su...su peculiaridad...
Sí, el hecho es que usted nos da dolor de tripa -interrumpió el alto, irritado por los titubeos de su compañero- . Es inevitable sentir un leve pero contínuo retortijón en su presencia, ya sea al escuchar su voz o al verle limpiarse las gafas o remover su café. Es una indefinible y sutil sensación la que usted provoca, caballero, pero es imposible obviarla. Estamos seguros de que a usted le ha ocurrido alguna vez con alguien, tal vez tuvo un profesor en la escuela o un compañero de trabajo que, por bien que le cayeran, a usted le provocaba un leve pero contínuo dolor de tripa. Era algo superior a usted y sólo conseguía atajarlo alejandose de ellos.
Bueno...- respondió el sujeto, pensativo- el hecho es que sí, tuve un compañero de la mili que...
Su pasado no nos interesa, caballero- continuó el alto-. Y que se haya topado con alguien así tampoco le hace especial. Los estudios demuestran que es algo bastante usual, una cuestión de incompatibilidad en las feromonas.
Lo que le hace a usted un sujeto raro y extremadamente valioso -continuó su compañero- es que usted provoca este efecto en todas y cada una de las personas con las que se cruza. Es lo que los teóricos han denominado como sujeto negativo pleno. Y hasta hace unas semanas pensábamos que un sujeto como usted no existía más que en la teoría. Pero nos equivocábamos, y eso es algo maravilloso.
Deben estar en un error, señores.-respondió airado el sujeto. Yo tengo esposa... hijos... familiares y amigos que... que... ¿Quienes son ustedes?
Entiendo su reacción caballero... pero convendrá conmigo que usted nunca ha gozado de mucha popularidad. Ni en su trabajo, ni en su familia. Ni siquiera como una de las múltiples parejas de de alcoba de su esposa...
¿Pero cómo se atreve?- se levantó el sujeto tirando su silla- ¡No le permito que me..!
No es necesario que finja sorpresa ni monte una escena- le tomó del brazo el más alto, inmovilizandolo sin esfuerzo- lo sabemos todo de usted, de su vida y de su matrimonio. Siéntese, termine su café, y déjenos terminar de presentarle nuestra oferta...
El sujeto se sentó, casi dejándose caer en la silla. Su gesto abatido denotaba que había algo de verdad en las palabras que acababa de escuchar. Una extraña pieza de aristas cortantes hacía que por una vez el puzzle de su vida conformara por fin una imagen y ésta tuviera sentido. Sólo que no le gustaba lo que esa imagen le mostraba.
Ustedes.. ¿ustedes lo notan?¿No les molesta?
Así es- le contestó el alto con gesto estoico, casi orgulloso- pero estamos entrenados. Y cobramos por ello.
No se deprima, caballero -le dijo el menos alto en tono casi conciliador-. Podemos ayudarle. Podemos hacer que su vida tenga un objeto.
¿Me lo pueden quitar? - preguntó esperanzado- ¿Tiene cura?
Me temo que no- respondió el alto.
Pero podemos pagarle.
18 octubre 2010
Una hecatombe, ya
Esa noche, que hacían una película de catástrofes de esas en las que el mundo se acaba para salvarse en el último momento, pensó que si llegase el fin del mundo lo mejor sería que llegara de pronto y sin avisar. Sin tiempo para heroicidades ni para recapitulaciones. Ni discursos, ni reproches ni arrepentimientos. Un fin del mundo de los buenos, que pillara a la humanidad con los pantalones bajados, como pilló a los dinosaurios: o comiendo, o cagando, o haciendo el amor.
O, ya en nuestro caso, insultando a un conductor o componiendo un soneto. Haciendo cualquiera de esas de las cosas tan hermosas, aburridas o absurdas que a fin de cuentas nos hacen humanos.
Y seguidamente apagó la tele por prudencia, traicionando su propio razonamiento: estaba solo en casa, había poco tráfico afuera y ya había cenado. Pero si esa noche todo se acababa, elegía mil veces antes el soneto. O tal vez lo de ir al baño.
14 octubre 2010
Consejos y trayectos
La fe desmedida en el propio criterio puede llevarte por caminos raros. Lo más normal es que te termine guiando en la misma dirección que al resto del mundo, pero es posible que tu trayecto sea un poco más largo y el paisaje más escarpado.
Si tienes suerte y ese divorcio con todo lo que el mundo te pueda a enseñar no es definitivo, puedes encontrarte disfrutando como un niño con pequeños descubrimientos que otra gente ignora porque ya pasaron por allí hace muchos años, y el viaje les resultaba tan cómodo que lo hicieron medio dormidos.
No se llamen a engaño: que la frase que encabeza esto me parezca un buen consejo no quiere decir que lo cumpla. Alguno de esos puntos se me resiste bastante.
Lo cual me recuerda que he de intentar seguir otro consejo muy bien dado hace poco por alguien a quien preocupan mis irresponsables horarios: Las noches son para dormir.
Bona nit.
07 octubre 2010
Sendak (ganas)
Tengo todo un catálogo de ganas extrañas. Algunas nacen de mí y otras son tan raras que deben ser encontradas.
A veces me entran ganas de abandonarme en un bosque y encontrar un claro donde enterrarme en un manto de hojas secas y dormirme envuelto en ellas. Ajeno a todo lo demás, sabiendo que nadie me va encontrar pero teniendo la secreta certeza de que tú, si quisieras, podrías hacerlo sin esfuerzo.
Es más o menos entonces, con esas ganas, cuando reparo en el hecho de que hay pocos bosques y los buenos quedan muy lejos. Y nada de lo que veo por la ventana me confirma que existan o sean cosa de libros de cuentos.
Y entonces se desvanecen las hojas, la bruma, los árboles y tambien su agujeros. Y me quedo yo sólo con mis ganas de perderme y de que nadie pueda encontrarme.Y con esas mal llevadas ganas que tengo de que a tí te de por buscarme.
04 octubre 2010
Duelo al sol
El día que la conoció leyó el filo negro mate de su párpado y esa linda sonrisa de francotirador. Y supo que tarde o temprano acabarían en un duelo al sol. Que sería el peor parado y que encajaría un balazo de esos que siguen quemando mucho tiempo después de haber curado.
Pero no le importó: compensaba ser de los malos sólo por estar en el reparto.