20 abril 2006

Matematicas, pubertad y un ingles en trineo


"En el caso harto improbable de que un día me muera, deseo que mi cuerpo sea incinerado. Y que mis cenizas sean esparcidas sobre la cabeza de la Srta. Ballester, mi profesora de matemáticas de tercero de BUP."

Durante mucho tiempo rondaron por mi cabeza últimas voluntades de ese tipo. Ahora las cosas han cambiado.
En primer lugar, porque hoy tengo la certeza de que nunca me voy a morir.
El otro cambio reside en mis insanos sentimientos hacia la Srta. Ballester.
Tal vez sea la edad, la dieta equilibrada o las interferencias de los reptidores de telefonía, pero el tiempo ha matizado mi odio hacia ella.

Se preguntarán qué me hizo la pobre mujer. Realmente nada. Tal vez su única falta fue profesar un gran amor a las ciencias exactas. Ese amor empapaba toda su tarea docente, flotaba en el aire de la clase como etéreo polvo de tiza, inundaba los minutos de su (para mí interminable) hora lectiva de la misma forma que su mano llenaba de derivadas e intergrales hasta el último centímetro de la pizarra.
Su único crimen fue habitar en un planeta distinto al mío. Pensar que cualquiera podría entender y llegar a apreciar sus clases si ella se esforzaba lo suficiente. Lo siento, Srta. Ballester.

A usted la prepararon para combatir la ignorancia y la rebeldía adolescentes. Tal vez incluso el desinterés y el pasotismo. Pero mi coraza era de otra aleación. Yo nunca entendí nada de lo que me intentaba explicar. Nunca me cupo en la cabeza que las letras y los números se pudieran sumar.
Cuando intentaba centrar mi vista en alguna de las variables, las otras se me arremolinaban alrededor y bailaban por mi retina, confundiéndome.
Más tarde aprendí que los herbívoros hacen lo mismo cuando son atacados por una leona en las llanuras de la sabana africana.

Nunca fuí un depredador de letras. Lo mio siempre fue rumiar y mirar como los otros cazaban. Y hacer dibujitos en los apuntes. Usted nunca se explicó porqué mi mirada se quedaba fija en el centro de la pizarra cuando me preguntaba. Y yo nunca supe hacérselo entender.
Usted se merecía un alumno mejor, de eso estoy seguro. Ahora lo entiendo todo.

P.D.: Aprobé las mates de BUP y COU de una manera más que precaria, gracias al copieteo compañeril y el lobby de los profesores de humanidades (en recesión, pero aún poderoso en esas épocas) Cuando tuve que escoger carrera, no lo dudé ni un segundo, me decanté por una de ciencias puras.

No me pidan que lo explique. Ni yo lo entiendo. Pero tambien es estúpido coger un trineo y pasarse meses dando vueltas por el Polo Sur para terminar palmandola de frío. Y a ese fulano inglés lo consideraron un héroe.

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