29 noviembre 2010

Latifundista involuntario

Dice siempre un amigo que cada vez que haces algo por alguien a quien quieres sin esperar nada a cambio ensanchas tu parcela de cielo, especialmente cuando esa persona no te hace demasiado caso. El asunto no deja de tener gracia porque mi amigo es bastante ateo, así que de su teoría deduzco que un acto de amor desinteresado no deja de ser una transacción en la que aceptas como pago por tu altruismo unos cuantos metros cuadrados parcelados en medio de la nada.

A veces se cuela en tu vida alguien que te cortocircuita el instinto de autoprotección y te aboca quizás sin saberlo a un sinfín de intentos frustrados de obtener una atención mínimamente proporcional a la que tu le profesas.
Y en su desinterés, y en tu insistencia,  te conviertes en poco tiempo en triste terrateniente, un latifundista involuntario propietario de comarcas y continentes enteros allá en los cielos. Mal asunto poseer tantas cantidades de nada, y no poder visitarlas, ni tener nada con qué llenarlas.

De esto nadie está a salvo, y es posible incluso estar al mismo tiempo en ambos lados: bebiendo los vientos por alguien que esquiva con condescendencia y al mismo tiempo multiplicando el territorio celestial de otra persona desgraciada que siempre tendrá un rato para sujetarte el paraguas, para ayudarte en la mudanza, para acunarte en los desvelos y para mirarte con ternura furtiva y desahuciada cuando te hayas girado para pagar las cervezas.

14 noviembre 2010

Sólo sueño

Con la rara clarividencia que dan el punto de alcohol y  la falta de sueño, a veces encuentro ratos en los que puedo tumbarme un rato y dejar de pensar en esas futiles epopeyas laborales de tan vital y escasa importancia que a veces me amargan. O en la dueña de mis mañanas y de mis madrugadas,  esa involuntaria protagonista de mis lunas desahuciadas que duerme a veces lejos y casi siempre acompañada.
Hay momentos en que el mejor de los versos palidece ante las más ciega y sorda de las urgencias mal gestionadas, pero afortunadamente esta noche no tengo uno de esos. Esta noche sólo tengo sueño y eso, al menos en mi caso, casi siempre es bueno.